SUGERENCIAS AL DESPERTARSE

 

 

Al despertaros, debéis, ante todo, dar gracias al Señor. Las primeras palabras que debéis tener en los labios cuando os despertéis son: «Te doy gracias, Señor, por haberme dado la vida y la salud. Llena mi corazón de amor y dame fuerzas para cumplir Tu voluntad, para que todas mis acciones sean para Tu gloria y en Tu nombre».

 

¡Si deseas saber las sugerencias al despertarse que nos brinda el Maestro Omraam Mikhael Aivanhov, continúa leyendo este artículo!

 

 

 

 

Cómo levantarse 

Seguidamente, debéis levantaros. Aquel que se queda mucho tiempo en la cama después de despertarse corre grandes peligros psíquicos; siempre estará tentado de quedarse sumergido en el embotamiento, en una embriaguez astral donde flotan ciertos pensamientos perezosos y sensuales. Ello es suficiente para destruir su carácter, matar su voluntad, y deformarlo para siempre. Esta costumbre crea un perezoso, un ser sumergido únicamente en su imaginación y empujado al placer. Debéis descender de la cama de frente, nunca hacia atrás; y el pie derecho es el que debéis apoyar primero en el suelo. Cada movimiento que hagáis al levantaros debe ser consciente y ejecutado correctamente. Estos detalles pueden pareceros sin importancia, pero en realidad todo es significativo.

 

Cómo lavarse 

Una vez levantados debéis asearos. Antes de orar, antes de hacer cualquier cosa, debéis lavaros las manos y la cara, y sobre todo no toquéis vuestros ojos antes de haberos lavado las manos. Dice la Cábala que en cuanto un ser humano se duerme, un espíritu impuro se pega a su cuerpo físico, y que, al despertarse, este espíritu queda todavía pegado a sus manos y a su cara. Así pues, cuando nos levantamos, nuestras manos y nuestra cara están todavía bajo el dominio de este espíritu impuro; por eso no debemos hacer nada sin haber eliminado esta capa fluida de impurezas que las impregnan. Hay que lavarse de una manera consciente y con atención, ya que lavarse es tan importante como comer. No hagáis gestos bruscos y desordenados cuando os lavéis la cara, porque en el nivel etérico existe un orden sumamente sutil de las partículas, y los gestos bruscos estropean este orden. Observaos vosotros mismos y veréis cómo cuando os laváis a toda velocidad, os desmagnetizáis. Cuando os lavéis, concentraos en la sensación de frescor que el agua produce en vuestra piel. Esta sensación aclarará vuestro pensamiento. Sentid que estáis realizando un acto sagrado y decid: «Que el amor de Dios resplandezca sobre mi rostro.» O bien: «De la misma manera que lavo mi cara física, así sea lavada mi cara espiritual». O también: «En nombre del amor inmortal y eterno, en nombre de la sabiduría inmortal y eterna en los cuales vivimos y tenemos nuestra existencia, que esta agua me libre de todas las impurezas». Y rezáis unos minutos.

 

 

¡Esperamos que esta información te haya sido útil!

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23/05/2022

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