FERMENTOS PARA NUESTRA SALUD
Los fermentos aumentan la cantidad de probióticos y bacterias buenas, ayudando a restituir la flora natural de los intestinos y permitiendo una mejor asimilación de los nutrientes. Varios estudios revelan que incluso reducen los síntomas de las alergias.
Los fermentos son alimentos vivos, siempre y cuando no se cocinen, ya que si así fuera, se perderían muchos beneficios de la fermentación.
Entre los principales alimentos fermentados tenemos:
Miso: Se trata de una pasta aromatizante fermentada de manera natural con semillas de soya o habas, en ocasiones cereales como arroz, cebada o trigo, y sal marina. Los mayores beneficios que aporta el miso provienen de su condición de probiótico. Este alimento fermentado contiene bacterias beneficiosas para el sistema digestivo, ya que su poder enzimático ayuda a equilibrar la flora intestinal y a digerir mejor la comida más pesada, y sienta muy bien a estómagos delicados o a personas que estén recuperándose de un virus o gastroenteritis. El miso se utiliza al final para darle sabor a una sopa (siempre que esté sin sal), o también para aliñar ensaladas.
Kéfir: Es una bebida lechosa rica en probióticos, que contiene entre 10 y 20 tipos de bacterias.
Kimchi: Picante y acido, es un platillo tradicional coreano, hecho con vegetales fermentados, y contiene una gran cantidad de probióticos.
Kombucha: Rico en una bacteria llamada scoby, que ayuda a prevenir diarreas y deshidratación, entre otros.
Sauerkraut (chocrut): Típico platillo alemán, a base de coles fermentadas y con un alto contenido de probióticos naturales. Es un alimento ideal durante el embarazo.
Tocosh: Es una papa fermentada en pozos de barro y piedra, que los especialistas la definen como la penicilina natural de los Andes. Contiene hierro, vitamina D, C, B6, magnesio y potasio.
Es importante incluir siempre un alimento fermentado en la dieta para una buena digestión, buena asimilación y eliminación de toxinas.
27/10/2021