LAS BASES DE LA MEDICINA NATURISTA

La medicina naturista no es una medicina de terapias empíricas y sin comprobación científica; tampoco es una medicina de curanderos o de astrólogos; no tiene casi nada que ver con el esoterismo o las ciencias ocultas; no está en contra de la medicina convencional o alopática, y no es una medicina anticuada.

Por otro lado, no deberían considerarse medicinas naturistas aquellas prácticas que no estén aceptadas por la medicina convencional, ya que muchas terapias “alternativas” no tienen nada de naturales ni son afines a prácticas naturistas, salvo el cuestionamiento de ciertos sectores de la medicina ortodoxa.

Es necesario tener en cuenta estos presupuestos a la hora de hablar de medicina naturista, ya que a menudo suele identificarse con prácticas completamente ajenas a una práctica médica convencional.

La medicina naturista, en consecuencia, se basa en un conjunto de premisas que rigen su actuación. En su mayoría, estas premisas fueron enunciadas por Hipócrates, medico griego del siglo V a.C., a quien se considera el padre de la medicina occidental. Las premisas más importantes son las tres siguientes:

• Hay que actuar siempre en el sentido de la naturaleza.
• Deben emplearse remedios poco agresivos y, de ser posible, procedentes de sustancias naturales.
• Siempre hay que adaptarse a la naturaleza humana.

De estas premisas se derivan otras seis:

• El médico debe mantener una actitud expectante en muchos casos.
• Hay que respetar los signos (síntomas) que nos ofrece el organismo, pues en muchos casos el cuerpo es más sabio que el médico.  Éste debe observar atentamente los cambios que manifiesta el paciente.
• Es mejor prevenir que curar.
• Es muy importante la nutrición. “Que tu alimento sea tu medicina y tu medicina sea tu alimento” (Hipócrates).
• Siempre hay que utilizar el remedio más simple y menos agresivo posible.
• Hay que respetar el ritmo corporal.

En resumen, la medicina naturista es una medicina causal, que trata de prevenir la aparición de enfermedades mediante una actitud no intervencionista o expectante, y mediante la atención a los signos que nos ofrece el organismo, nutriendo y supliendo las posibles deficiencias dietéticas, respetando los ritmos corporales y utilizando remedios poco agresivos.

16/12/2021