UNA VIDA MÁS ACTIVA PARA EL ADULTO MAYOR

 

Está ampliamente demostrado que las personas de cualquier edad que realizan ejercicio físico llevan una vida más saludable.

 

Esta afirmación nos hace reiterar la importancia de la actividad física en el adulto mayor. Los programas de salud han detectado la necesidad de implantar planes para retrasar la aparición de aquellas enfermedades cuyo inicio y evolución natural pueden modificarse.

 

La actividad física mejora la salud cerebral y es una positiva influencia en la prevención de enfermedades degenerativas como el alzhéimer. Los estudios más recientes demuestran que las personas mayores que realizan ejercicio dos días a la semana disminuyen el riesgo de padecer alteraciones cognitivas en un 50%.

 

El ejercicio físico mejora la salud vascular por sus efectos positivos en la hipertensión arterial, la hipercolesterolemia, la diabetes mellitus y el sobrepeso, uno de los principales factores implicados en el mecanismo de la demencia senil. Además, algunos estudios muy interesantes han demostrado que la actividad física puede estar implicada en la trascripción de los genes que influyen en la función cerebral.

 

Otro efecto beneficioso de la práctica habitual de ejercicio físico es la disminución de los depósitos de amiloide (sustancia que en una situación patológica se acumula entre las células de distintos tejidos y órganos) en el cerebro y el aumento de la reserva funcional cerebral.

 

La interrogante suele ser qué tipo de ejercicio físico es el más recomendable. Si bien hay muchos, es necesario que sean avalados por las organizaciones de salud.

 

Las actividades físicas más extendidas y con mejores resultados son las aeróbicas: caminatas, ciclismo, natación, gimnasia acuática, yoga y tai chi, bailar o subir escaleras. Estas actividades son denominadas de bajo impacto, porque el esfuerzo que requieren no implica riesgos.

 

El ejercicio con pesas es muy favorable para la recuperación de la densidad ósea: vigoriza la musculatura buscando aumentar su volumen y fuerza, evitando así una de las principales causas de las fracturas, caídas e incapacidades.

 

Es aconsejable contar con asesoramiento profesional para elegir, de acuerdo a las condiciones iniciales, cuál es la mejor actividad física que se adapta a cada persona.

 

La actividad física es un acto de vida y debe ir de la mano con una adecuada nutrición, reforzada con complementos minerales y nutrientes esenciales.

 

“EL DEPORTE ES TU PASAPORTE A LA SALUD FÍSICA Y MENTAL”.

15/12/2020

 

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