CONSEJOS PARA FOMENTAR BUENOS HÁBITOS ALIMENTICIOS EN LOS NIÑOS

 

 

 

Katherine Ponce

Health Coach

Conferencista

Fundadora de Liviandad – Health Coaching

PERÚ

 

 

 

En muchas de mis consultas, los adultos me manifiestan que comen por ansiedad, que comen muy rápido, que son incapaces de dejar comida en el plato aunque estén satisfechos, que comen por impulso y que sienten que la comida es una manera de sentirse recompensados. Cuando analizamos las posibles causas de estas sensaciones, concluyen que la mayor parte de ellas las “aprendieron” cuando eran niños.

 

La alimentación se forma desde la niñez y es importante considerarla como un hábito que los acompañará durante toda su vida, ya que es en esta etapa donde se crean la mayoría de costumbres que marcarán nuestra relación con la comida.

 

Las personas que están a cargo de la crianza de los niños les muestran el mundo; les enseñan lo que ellos consideran correcto y les señalan lo que está mal; y todos nuestros juicios se quedan impregnados en el inconsciente de los pequeños.

 

Pero, ¿qué podemos hacer para mejorar los hábitos de alimentación de nuestros pequeños? Además de elegir con cuidado los alimentos que les entregamos, es importante generar una “relación de armonía” con la comida; aquí les brindo algunos ejemplos:

 

· Permítele recibir sus alimentos de manera directa, evita el uso de utensilios y en lo posible utiliza tus manos para alimentarlo; recuerda que el primer alimento lo recibió de tu pecho y aún necesita tu contacto.

 

· Cuando ya pueda comer solo, permítele que tome los trozos de comida y que se los lleve a la boca (lo sé, demora y puede crear un desastre) pero inténtalo al menos algunas veces a la semana. Se mantendrá entretenido, se irá familiarizando con los olores y colores, comerá a su ritmo y con todos los sentidos; algo que a muchos adultos se les ha olvidado. Luego conforme vaya ganando habilidad podrás ir incluyendo los utensilios para comer.

 

· Si ya no quiere comer, espera y espera, hazlo agradable, juega con él, corta la comida de manera diferente, mezcla alimentos de diferentes colores, haz una pausa y vuelve a empezar. Intenta respirar y tener paciencia, ofrécele los alimentos y trata de no imponérselos. He visto casos en los que hay gritos, apretones de cachetes para que ingrese la comida y más; entonces, ¿cómo se relacionará ese niño con la comida cuando sea adulto? Sí, a veces es difícil mantener la paciencia; pero recuerda que el pequeño recién comienza su relación con la comida y muchas veces somos los adultos los que les generamos rechazo a algún alimento por nuestro afán de “imponérselo”.

 

· Cuando hay hermanitos al lado, evita las comparaciones y las carreras de comida: ¿Quién gana?, ¡mira! él come más rápido, tu hermanito ya se fue a jugar. Trata de crear un ambiente de tolerancia.

 

· ¿Que deje el plato vacío?, permítele que identifique la sensación de satisfacción, él sabe cuándo parar, si ya habla, pregúntale: ¿Estás satisfecho?, ¿Cómo lo sabes? Estoy segura que vas a aprender mucho de su respuesta. ¿Te ha pasado que no puedes dejar nada en el plato?, quizá ese hábito fue adquirido en tu infancia.

 

· Trata de que la hora de comer sea solo para eso, un poquitín de música de fondo está bien, pero evita la tele prendida o correr tras él tratando de alimentarlo mientras juega. En esta etapa estamos acompañando a formar al “comedor” que será después, permítele tener una relación saludable en la que use todos sus sentidos “solo” para comer.

 

· ¿Y los premios?, en la vida hay recompensas, pero trata que no todas sean golosinas o comida. Utiliza el cariño y el reconocimiento verbal. Cuando crezca se enfrentará a la publicidad que le dirá que necesita o merece comer esto o aquello y no siempre será algo saludable; hagamos que la comida por impulso o por recompensa sea menos frecuente.

 

· En lo posible, no calmes sus llantos con golosinas. Darle una golosina de vez en cuando está bien, pero ten en cuenta que el azúcar eleva la serotonina que es conocida como “la hormona de la felicidad” y es muy fácil crear una relación en la que cuando la tristeza aparece se busca un dulce para evadirla. Intenta calmarlo con abrazos y palabras para que su relación con los alimentos sea de armonía y no de dependencia.

 

· En el mercado vamos a encontrar muchos envases atractivos, comidas que traen juguetes como premio, lugares con colores vibrantes y juegos dentro de los locales que definitivamente llamarán la atención de nuestros niños, pero generalmente allí ofrecen comida poco saludable para ellos. ¿Qué tal si hacemos algo parecido en casa con las verduras, frutas y otros alimentos saludables?, ¿Podemos mejorar el espacio en el que se alimenta? Y si de todas maneras quiere visitar algún lugar que le ofrece eso, ¿Podemos explicarle que tan saludables es?

 

No hay una fórmula perfecta para crear hábitos saludables, no pretendo entregarles una guía exacta, solo algunos ejemplos y consejos que nos permitan reflexionar. Recuerden que para nuestros pequeños somos sus primeros grandes maestros.

 

 

Katherine Ponce

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