TERAPIAS Y TRATAMIENTOS PARA LOS DOLORES PERSISTENTES

 

 

En muchos casos, la medicina convencional no puede detectar la causa del dolor por medio de pruebas diagnósticas. Algunas veces, el dolor crónico puede aliviarse con fisioterapia, masajes, la aplicación de frío y calor. El TENS (estimulación nerviosa eléctrica transcutánea), aplica impulsos a las terminaciones nerviosas para bloquear las señales de dolor. Los anestésicos locales pueden aliviar el dolor durante un tiempo y, en casos extremos, se puede cortar el nervio mediante neurocirugía, pero este método es irreversible y puede ocasionar pérdida de sensaciones y de movimiento.

 

¡Acompáñennos a descubrir todo sobre las terapias para los dolores persistentes!

 

 

 

 

Las limitaciones de la medicina oficial

La medicina convencional solo trata los dolores con analgésicos que pueden empeorar el dolor crónico. Cinco de cada seis personas que lo padecen toman analgésicos, pero se sabe que el 70% de ellas continúa experimentando dolor intenso.

 

El problema con los analgésicos convencionales

Entre los analgésicos convencionales que se pueden obtener sin receta se encuentran el paracetamol, antiinflamatorios no esteroideos como la aspirina y el ibuprofeno, relajantes musculares y opioides. Estos últimos, desde la codeína suave hasta la morfina, actúan directamente sobre el cerebro y la médula espinal para alterar la percepción de dolor de manera similar a las endorfinas. El dolor intenso que viene luego de una operación o una herida grave puede tratarse con inyecciones de opioides, mientras que la morfina y la diamorfina se prescriben para los pacientes de cáncer.  Pequeñas dosis de amitriptilina, un antidepresivo, parecen alterar el dolor que se experimenta, y la carbamazepina, un fármaco antiepiléptico, resulta útil para el dolor neurálgico. Las investigaciones demuestran que el cannabis puede aliviar los dolores musculares en la esclerosis múltiple, pero su prescripción aún se encuentra en polémica en muchos países.

 

TERAPIAS COMPLEMENTARIAS

Fitoterapia. En los estudios clínicos llevados a cabo se ha demostrado que una crema que contenga capsaicina resulta útil para aliviar algunos dolores crónicos, y ahora se utiliza en algunas clínicas especializadas en el dolor. También se prescriben con frecuencia la valeriana y el solideo. El hipérico es antidepresivo y antiinflamatorio, y puede llegar a aliviar el dolor crónico, aunque no debe tomarse junto con antidepresivos.

 

Terapias nutricionales. Quienes las utilizan han descubierto que la tolerancia al dolor disminuye si los niveles de magnesio están bajos, por lo que se aconseja tomar complementos de este mineral. Seguir una dieta equilibrada rica en frutas, verduras y cereales integrales es de gran ayuda.

 

Masajes. Los terapeutas especializados en esta terapia tratarán de proporcionar alivio reduciendo la tensión de los músculos de la zona del dolor.

 

Aromaterapia. Cuando se utiliza junto con el masaje, los aceites esenciales contribuyen a la relajación e incluso pueden ayudar a estimular la liberación de endorfinas.

 

Quiropráctica. Aunque no es probable que la manipulación por sí sola cure el dolor crónico de espalda, quienes la practican tienen como objetivo aliviar la tensión y  mejorar la postura.

 

Toque terapéutico. El practicante recorre todo el cuerpo con las manos para “equilibrar los campos de energía”. Según estudios, el toque terapéutico reduce el dolor de las cefaleas tensionales crónicas en un 90% de los casos.

 

Hidroterapia. El sauna y hacer ejercicio en piscinas de agua caliente pueden aliviar el dolor crónico de músculos y articulaciones.

 

Acupuntura. Los especialistas en acupuntura buscan restablecer el flujo del qi estimulando los puntos de acupuntura. El control del dolor es el único aspecto de la acupuntura que aceptan la mayoría de los médicos, quienes creen que funciona estimulando la liberación de endorfinas y hormonas glucocorticoides que suprimen las prostaglandinas.

 

Ejercicio. Si se practica con cuidado, evita la rigidez muscular y por consiguiente se evitan las contracturas dolorosas.

 

Tai Chi. Se recomienda para ayudar a aliviar el dolor, pero también se cree que tiene beneficios preventivos. Un estudio realizado por investigadores de la Universidad Tufts encontró que gente con artritis en las rodillas que comenzaron a practicar Tai Chi podía moverse con mayor facilidad, se mostraron menos deprimidos y mejoraron su salud en general en pocas semanas. El Tai chi es una antigua forma de ejercicio originario de la China. Comprende una serie de movimientos realizados de forma lenta y enfocada, acompañados de una respiración profunda. Muchas personas lo describen como meditación en movimiento. Es una manera de ejercitarse de manera suave sin poner presión en las articulaciones.

 

Psicoterapia y orientación psicológica. Los pensamientos, ideas, sentimientos y estados de ánimo pueden actuar como una especie de “control” de la intensidad del dolor, capaz  de aumentar o disminuir la experiencia.  La preocupación por el dolor y el hecho de preverlo distorsiona el pensamiento y aumenta la sensación. La terapia conductista cognitiva puede ayudar a reemplazar esos sentimientos por actitudes positivas que estimulen el control del dolor.

 

Hipnoterapia. El hipnoterapeuta da indicaciones para ayudar al paciente a alterar la percepción del dolor y demostrar que es posible controlarlo.  En los estudios realizados, la hipnoterapia ha resultado eficaz para aliviar el dolor de fibromialgias (musculares) y del cáncer. La auto hipnosis puede ser muy eficaz para el dolor, aunque sus efectos tienden a desaparecer poco a poco.

 

Visualización. La visualización guiada con imágenes funciona mejor en conjunto con otras técnicas y ayuda a distraer al paciente del dolor. Se le puede pedir que se imagine a sí mismo en un lugar apacible, sin dolor, o que imagine que el dolor tiene forma o color y después visualice otro color y otra forma que lo calme o lo controle.

 

Meditación. Ayuda a relajar el cuerpo y a calmar y concentrar la mente, por lo que puede distraer del dolor. Luego de 4 años de meditación consciente, el 60% de los pacientes de un estudio afirmó que su dolor crónico había disminuido.

 

Relajación y respiración. La relajación muscular que se obtiene mediante la respiración diafragmática es uno de los métodos más eficaces para controlar el dolor. Reduce los espasmos y ayuda a regular las sustancias químicas del cerebro, el flujo sanguíneo y otros procesos relacionados con la tolerancia al dolor, y puede aliviar la ansiedad, distraer del dolor y estimular el sueño.

 

RECOMENDACIONES

  • Para identificar los desencadenantes del dolor, se recomienda llevar un diario para anotar los episodios de dolor y sus reacciones emocionales al mismo.
  • Practicar la relajación y respiración imaginando que una luz poderosa penetra en la zona de dolor de su cuerpo al mismo tiempo que se inhala lentamente y se visualiza cómo se va el dolor y la tensión al espirar.
  • Planificar por adelantado las tareas del día modulando el ritmo para realizarlas con el fin de evitar la fatiga y el estrés.
  • Escuchar música para mantener la mente en armonía.

 

¡Esperamos que esta información les haya sido útil!

 

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Fuentes de información y consulta:

Medicina integrada, Dr. D. Peters y A. Woodham

medlineplus.gov

omronhealthcare.la

spanol.arthritis.org

enfermeriadeciudadreal.com

 

 

 

23/12/2022

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