RIESGO DE DESNUTRICIÓN EN ADULTOS MAYORES

Muchas personas no saben cómo detectar si sus familiares presentan algún tipo de riesgo de padecer desnutrición. Por esta razón, a continuación, se les brindará información acerca de los factores asociados al riesgo de desnutrición en adultos mayores.

Para profundizar este tema, nos basaremos en el estudio de Franco Álvarez, José Ávila, Liliana Ruiz y Luis Miguel Gutiérrez, sobre los determinantes del riesgo de desnutrición en los adultos mayores de la comunidad: Análisis secundario del estudio Salud, Bienestar y Envejecimiento (SABE) en México, donde se mencionan que los factores asociados al riesgo de desnutrición en adultos mayores son:

• La baja ingesta de calorías
• Poco apetito
• Disminución de la agudeza visual
• Presencia de enfermedades crónicas como artrosis, diabetes e hipertensión arterial

En este estudio se menciona la relación de la dificultad de realizar las actividades de la vida diaria y las enfermedades crónicas, con la baja ingesta de calorías e ingestión de alimentos.

Las enfermedades crónicas como artrosis, diabetes mellitus e hipertensión arterial afectan la capacidad funcional de los adultos mayores y pueden conducirlos a una discapacidad parcial o total, generando un incremento en el riesgo de desnutrición.

La depresión también genera un aumento en el riesgo de desnutrición en el adulto mayor por su asociación con la pérdida de apetito y de peso. Se ha demostrado que existe una relación directamente proporcional entre el estado psicosocial y el estado nutricional. En un estudio de la empresa Johnson y colaboradores, se descubrió que los ancianos con discapacidad, depresión, apoyo social deficiente e insatisfacción personal tenían riesgo de desnutrición. Además, se encontró que la relación entre depresión y riesgo de desnutrición generaba un mal desempeño físico, ocasionando disminución de la masa y fuerza muscular, lo que conduce a la discapacidad.

En el estudio se halló relación entre la dificultad de usar el teléfono y salir solo, consideradas como funciones ejecutivas, lo que a su vez fue relacionado con la elevada prevalencia de diabetes e hipertensión, enfermedades crónicas degenerativas asociadas a lesiones vasculares en determinados circuitos cerebrales, las cuales generan problemas en las funciones ejecutivas, ocasionando discapacidad en los adultos mayores.

Se descubrió también que el deterioro cognitivo con cambios en las funciones ejecutivas explica el deterioro funcional general, y se comprobó que las personas con deterioro cognitivo amnésico tienen menor riesgo de llegar a la demencia que las que presentan problemas en el control de sus funciones ejecutivas.

En un estudio realizado por Royall y colaboradores, se describe que los cambios en el control de las funciones ejecutivas están relacionados con las actividades manuales de la vida diaria y, por lo tanto, con el deterioro de la capacidad funcional.

Entonces, ¿la dificultad al usar el teléfono se relaciona con el riesgo de desnutrición?

Sí. Como se explicó anteriormente, la dificultad al usar el teléfono se relaciona con la prevalencia de enfermedades crónicas degenerativas que, con el paso del tiempo, ocasionan discapacidad, que incide negativamente en el desempeño de las actividades de la vida diaria, la estabilidad económica y el estado emocional. Todo lo antes mencionado genera un incremento en el riesgo de desnutrición en los mayores.

Como conclusión se puede afirmar que, para establecer si un adulto mayor presenta riesgo, además de la información general de salud y de las medidas antropométricas tradicionales, se debe evaluar su situación económica y social.

Si tienes algún familiar adulto mayor que presenta alguna de estas dificultades, sería recomendable que lo evalúe un equipo multidisciplinario: un médico geriatra, un nutricionista, un psicólogo, un terapista y una asistenta social.

Lic. Ximena Chávez Alonso

Nutricionista Geriátrica - CNP 5738

Creadora y editora de la web: ximenachavez.com

Contacto: nutricionista@ximenachavez.com

Facebook: Ximena Chávez – Nutrición para el adulto mayor