UNA BUENA ALIMENTACIÓN INCIDE DIRECTAMENTE EN EL RENDIMIENTO CEREBRAL

verduras

 

En muchas ocasiones suele suceder que sentimos que no somos lo suficientemente productivos en cada una de las áreas en las que nos desempeñamos en la vida, en especial en el área laboral y educativa; y seguramente la nueva modalidad de la vida por causa de la pandemia derivada del COVID-19, que vino a traer cambios en todos los ámbitos en los que nos desarrollamos, así como cambios emocionales, ha producido que muchas personas vean incrementada aún más esta sensación de no poder rendir o ser tan productivos como tal vez lo eran antes.

 

Probablemente muchos atribuirán esa notable diferencia entre los días más productivos, con los días que no lo son tanto, a causas circunstanciales como las preocupaciones, el estrés, los problemas que se suscitan en el día a día, así como los cambios de hábitos que muchos han tenido que enfrentar por la pandemia, como por ejemplo, el teletrabajo y el telestudio desde el hogar.  Y ciertamente, no cabe duda de que muchas de esas circunstancias influyen en la productividad y rendimiento cerebral, ya que las preocupaciones y el estrés exacerbado, inciden en el óptimo desempeño de dichas tareas; sin embargo, hay algo concreto que muchos hacen y no se dan cuenta, que tiene una incidencia directa en el rendimiento del cerebro y el desempeño máximo de las capacidades para desarrollar todos los objetivos tanto laborales como académicos, y es precisamente la alimentación.

 

En muchas ocasiones las personas se pliegan a hacer dietas de moda para bajar de peso, o simplemente no mantienen una dieta saludable y balanceada; pero no se dan cuenta de lo grave que son esas acciones, puesto que una mala alimentación produce deficiencias químicas en el organismo, que no le brindan al cerebro todos los nutrientes que necesita para funcionar correctamente, y que de paso, producen daños neuronales y trastornos emocionales a largo plazo.

 

Por ello, es fundamental entender que llevar una alimentación saludable y equilibrada, será el elemento esencial para gozar no solo de una óptima salud física, sino de una óptima salud cerebral, que incidirá directamente en el rendimiento académico y laboral, y por ende, en la productividad a su máxima potencia.

 

Es así, que una alimentación saludable y balanceada que nutra correctamente al organismo y al cerebro, debe contener nutrientes de todos los grupos, como lo son los hidratos de carbono, las grasas, las proteínas, las vitaminas y los minerales, haciendo hincapié en aquellos alimentos que favorecen aún más el rendimiento cerebral y ayudan a preservar las funciones cognitivas, como el Omega 3 que se puede obtener de las semillas o aceite de linaza, semillas de chía, aceite de oliva extra virgen, aceite de canola, aceite de coco, soya, aceite de soya, tofu y nueces; así como el resto de alimentos que fomentan este rendimiento, como los frutos secos, los frutos rojos, el sésamo, la cúrcuma, los arándanos, los granos y harinas integrales, la cebada, la quínoa, comer 3 porciones de verduras de hojas verdes al día, y 3 porciones de frutas al día, entre otros; y en especial, evitar los azúcares y las grasas trans, pues afectan considerablemente la formación de sinapsis en el cerebro, reduciendo las funciones cognitivas y afectando directamente la productividad cerebral.

 

Vemos así, que es muy fácil notar si es la alimentación que se está manteniendo, la causante de las deficiencias en la productividad laboral y académica, por lo que, solo bastará con corregir esos hábitos alimenticios, para poder tener una vida integralmente saludable, que nos proporcione no solo bienestar mediante el funcionamiento óptimo de todas las funciones de nuestro cuerpo, sino que adicionalmente nos permitirá desarrollar todas nuestras capacidades para ser tan productivos como lo deseemos.

 

 

Fuentes de información:

blog.elartedesabervivir.com

 

 

28/01/2022

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