PLAN DIETÉTICO PARA NIÑOS CON HIPERACTIVIDAD

 

Muchos autores han enfatizado que el niño con déficit de atención debería consumir una dieta diferente, basada en un aporte elevado de vitaminas, minerales y ácidos grasos poliinsaturados de tipo esencial. A veces, las modificaciones dietéticas se efectúan con la mejor intención, pero pueden tener un efecto negativo. Así, si para incluir una gran cantidad de vitaminas añadimos frutos secos y jugos de fruta, podemos estar provocando una sobrecarga de azúcar, que tampoco es muy conveniente en este tipo de niños. En este sentido se recomienda una dieta rica en carbohidratos complejos como la pasta, los frutos secos, las frutas enteras, las legumbres feculentas y los cereales integrales. La cantidad y calidad de las proteínas también es muy importante, ya que el metabolismo de las proteínas es más lento que el de los carbohidratos, y además, las proteínas son la materia prima con la cual se elaboran la mayoría de los neurotransmisores.

 

Si bien para todo el mundo es imprescindible una dieta adecuada y equilibrada, esto es aún más evidente en la infancia, ya que los requerimientos nutricionales son más elevados. Una inadaptación dietética que conlleve una alteración interna se manifestará indefectiblemente en síntomas externos, lo que puede estar sucediendo en el síndrome de déficit de atención.

 

Las trasgresiones dietéticas de los niños vienen dadas por diversos factores sociales; el primero de ellos es la falta de tiempo de los padres para organizar la dieta de los hijos y el segundo, la tremenda competencia que se establece entre los alimentos necesarios y la comida chatarra (refrescos, dulces, caramelos, etc.) que se ofrecen a los pequeños y que pueden constituir una parte relativamente importante del aporte calórico a la dieta infantil. Según estudios ingleses, en muchos niños, hasta el treinta por ciento del aporte calórico total se debe al consumo de estos productos de bajo valor nutricional.

 

Otro aspecto importante es intentar reducir al máximo los alimentos con potencialidad alergénica como los lácteos, el chocolate, los huevos, el maíz, el trigo, el maní, las frutas cítricas, los derivados del cerdo y los azúcares refinados. También habrá que reducir al máximo los aditivos alimentarios como los conservantes, colorantes y aromatizantes que tanto se encuentran en los alimentos procesados.

 

A continuación les ofrezco varias opciones para poner en marcha un plan dietético para los niños que padecen de hiperactividad:

 

 

DESAYUNO

- Muesli (mezcla de cereales, frutos y frutas secas o deshidratadas).

 

- Jugo de frutas de la estación sin endulzar y un bocadillo integral.

 

- Avena con leche de almendras y galletas integrales 100 por ciento naturales, más una pieza de fruta.

 

- Leche vegetal de su elección (arroz, coco, almendras, avena, soya, etc.) con cacao, una cucharada de harina de algarrobo y galletas integrales 100 por ciento naturales.

 

 

 

COMIDA Y CENA

 

 

Entrada

- Ensalada variada.

 

- Sopa de quinua.

 

- Tomate aliñado con albahaca.

 

- Sopa de ajo, de cebolla o de kion.

 

- Verduras hervidas con papas.

 

- Ensalada rusa (con mayonesa vegana).

 

- Sopa de vegetales con fideos o copos de cereales.

 

- Macarrones o espagueti (mejor si son integrales) con tomate natural un poco sofrito.

 

 

Segundo

- Tortilla de papas.

 

- Guiso de tofu con verduras.

 

- Legumbres guisadas con verduras.

 

- Guiso de quinua.

 

- Espaguetis con salsa de alcachofa o con salsa de tomate fresco.

 

Postres

- Arroz con leche vegetal de su elección (no se debe utilizar azúcar, solo panela, miel de algarrobo, o sirope de agave).

 

- Fruta fresca.

 

- Frutos secos con miel de algarrobo o sirope de agave.

 

- Compota de fruta seca.

 

- Manzana o peras al horno.

 

 

 

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