NUTRICIÓN Y CUIDADORES PARA EL ADULTO MAYOR

 

 

 

Es muy difícil y doloroso ver a un familiar delicado de salud, pero debemos reponernos ante la tristeza para brindarle la compañía y los cuidados que necesita; incluso en aquellos pacientes que aparentemente se encuentran en estado de inconciencia, la compañía es muy importante porque, de alguna manera, ellos sienten nuestra presencia.

 

Cuando el adulto mayor se encuentra muy delicado y no puede continuar realizando las actividades de su vida diaria, generalmente el familiar más cercano se encarga de cuidarlo y de cubrir sus necesidades. Sin embargo, también existen casos en que los familiares no pueden cuidarlo ya sea por razones laborales, por motivos de estudios, por enfermedad, etc.; y es en ese momento donde se necesita recurrir a los cuidadores o enfermeras especializados en geriatría referidos de algún centro de cuidadores o de alguna institución que proporcione ese servicio.

 

Los cuidadores cumplen una función vital en el bienestar de un adulto mayor, tanto en el aspecto físico, como en el aspecto psíquico y emocional. Ellos se convierten en los responsables de la vida del paciente cubriendo sus diversas necesidades como la higiene, la alimentación, las actividades que necesita realizar, la administración de medicamentos y, en algunos casos, hasta en la toma de decisiones.

 

El cuidador de un adulto mayor debe estar totalmente capacitado para el cuidado de las personas de la tercera edad.

 

Al momento de contratar a un cuidador para nuestro familiar debemos observar y tener en cuenta varios detalles. En primer lugar, es importante definir las necesidades que tiene el paciente, por ejemplo, si padece de demencia senil, diabetes, Alzheimer, Parkinson, dependencia, postración o algún tipo de enfermedad grave. En base a estas necesidades se debe empezar a buscar a un profesional eficiente, que tenga conocimientos de enfermería, que haya tomado cursos sobre cuidados en el adulto mayor y de nutrición, que pueda levantar al paciente con la técnica adecuada para no lastimarlo y, en caso de que sea necesario, que sepa cocinar.

 

Las funciones principales de un cuidador se basan en la necesidad del paciente que van a atender y en general son: realizar las labores domésticas (lavar ropa, limpiar, ordenar, cocinar, etc.), mantener la higiene personal del paciente, administrar el dinero en el caso de que los familiares soliciten esa ayuda, darle la medicación, alimentarlos, brindarles compañía, y otras funciones más que dependerán del estado de salud en que se encuentre el paciente.

 

Hay que tener en cuenta que si el adulto mayor se encuentra en un estado demasiado delicado y que demande una vigilancia constante, las labores del hogar deberán ser realizadas por otra persona y no por el cuidador, ya que se pondría en riesgo la vida del paciente ante algún descuido.

 

Existen empresas especializadas que ofrecen el servicio de cuidadores para adultos mayores; también se puede acudir a algún profesional de la salud idóneo en el tema para que asesore o recomiende a la familia lo que es mejor para el paciente, y en el caso de que requiera un cuidador, el profesional podrá recomendar uno en base a la necesidad del paciente.

 

Los adultos mayores con alguna patología severa se convierten en pacientes muy complicados de cuidar, ya sea porque pueden hacerse daño inconscientemente, como en el caso de los pacientes con Alzheimer severo, o porque requieren del cuidado de un profesional de la salud; en tales casos, les recomendarán a los familiares trasladar al paciente a alguna casa de reposo geriátrica o les ofrecerán alguna otra opción especial para cada caso y para cada familia.

 

Las casas de reposo cuentan con un nutricionista que asesora la alimentación y nutrición de los residentes. Sin embargo, los cuidadores y familiares que atienden a sus pacientes deben tener la asesoría de un nutricionista geriátrico particular, de tal manera que se pueda garantizar que la alimentación para nuestro familiar mayor sea la más adecuada y con la cantidad de nutrientes que necesita como soporte para su tratamiento.

 

La nutrición de un paciente delicado debe administrarse acorde a su patología y a la gravedad de la misma. En el caso de que se requiera una nutrición enteral por sonda, el cuidador debe estar capacitado por un profesional de nutrición para realizarla. La capacitación nutricional debe incluir no solo el proceso del suministro de los alimentos por la sonda, también incluye la forma de preparar la nutrición enteral y la higiene necesaria en cada paso.

 

Es importante recalcar la necesidad de un nutricionista con conocimientos en geriatría para atender a los adultos mayores, debido a que son pacientes que requieren una nutrición adecuada para recuperarse y para complementar el tratamiento para la enfermedad que padecen.

 

La nutrición influye en el aumento de la calidad de vida de las personas mayores, previene y trata diversas enfermedades, ayuda a preservar la pérdida de la masa muscular, de la masa ósea y de otras funciones orgánicas.

 

Todo paciente, por muy grave que se encuentre, debe tener una correcta nutrición para mantener su calidad de vida.

 

Contacto: miawki.nutricion@gmail.com

 

 

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