LA ALCACHOFA, UN ALIMENTO CURATIVO

 

 

La alcachofa aparece en textos clásicos de medicina y en las pautas dietéticas. El Francés Guitteau, es el primero que propone el nombre de cinarina para su compuesto cristalizable de carácter amargo al que se le atribuyen sus principales acciones terapéuticas.

 

Su contenido en hidratos de carbono, está formado principalmente por inulina, la cual la hace especialmente apta para los que sufren de diabetes gracias a su acción hipoglucemiante, es decir, reduce los niveles de azúcar en la sangre.

 

Otro factor favorable es su alto contenido en hierro, ideal para los que sufren de cansancio crónico (astenia), anemia y para los problemas de crecimiento en los niños.

 

Tiene una especial acción sobre el hígado con un efecto tonificante, colerético y colagogo, ayudando a eliminar las toxinas del cuerpo.

 

Su consumo brinda sensación de saciedad gracias a su fibra, regulando a su vez el tránsito intestinal.

 

Hay que tener en cuenta que el proceso de cocción al que usualmente se somete a la alcachofa ocasiona la pérdida de algunas de sus acciones terapéuticas. Se recomienda cocerla al vapor y no por mucho tiempo.

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