FUENTES DE YODO ESENCIALES EN LAS DIETAS VEGETARIANAS Y VEGANAS

 

La Tiroides, es una glándula endocrina del cuerpo humano que se encuentra en la parte frontal del cuello y es controlada por la glándula pituitaria. Tiene la función de secretar hormonas tiroideas, que son las encargadas de regular ciertas funciones vitales del organismo, como el ritmo adecuado del metabolismo, que permite el correcto funcionamiento de los músculos, del corazón, del cerebro y demás órganos, así como de la energía corporal, de la frecuencia cardíaca, de la temperatura del cuerpo y del apetito, del sueño y del crecimiento.

 

Para que puedan secretarse correctamente estas hormonas tiroideas tan esenciales para el correcto funcionamiento del organismo, se necesita la presencia de yodo; pero el organismo por sí mismo no lo puede producir, por lo que es esencial obtener este mineral a través de los alimentos que se consumen.

 

Pero estadísticamente, un aproximado del 40% de la población mundial sufre deficiencia de yodo, y no lo sabe; lo que da a entender que existe una deficiencia generalizada sobre la correcta alimentación que se debe tener para obtener este fundamental mineral, entrando sobre todo dentro de este grupo, aquellas personas que mantienen una dieta vegetariana.

 

Cuando hay una deficiencia de yodo, el cuerpo produce algunos síntomas o señales que nos pueden servir de alertas para corregir esa deficiencia, buscando la manera de consumir específicamente alimentos que proporcionen yodo a nuestra dieta; ya que su deficiencia, altera gravemente esas funciones esenciales del organismo.

 

Cantidad de Yodo diario recomendado

Bebés hasta los 6 meses: 110 mcg

Bebés de 7 a 12 meses: 130 mcg

Niños de 1 a 8 años: 90 mcg

Niños de 9 a 13 años: 120 mcg

Adolescentes de 14 a 18 años: 150 mcg

Adultos de 19 años en adelante: 150 mcg

Embarazadas o lactantes: Entre 220 y 290 mcg

 

Es esencial no exceder las dosis diarias recomendadas de yodo, ya que su consumo excesivo, puede igualmente destruir el correcto funcionamiento de la tiroides, provocando hipertiroidismo o hipotiroidismo y además, aumentar el riesgo de desarrollar cáncer en esta glándula. La cantidad máxima recomendada de yodo es de 600 mcg al día.

 

Síntomas de deficiencia de Yodo en el organismo

- Aumento del tamaño de la glándula tiroidea, lo que da la apariencia de un cuello o bocio agrandado o peor aún, de desarrollar nódulos en este lugar. Este aumento de tamaño puede producir síntomas de ahogamiento, dificultad para respirar o tragar.

- Desarrollo de hipotiroidismo, y uno de sus síntomas es la ralentización del metabolismo, lo que genera fatiga, cansancio, aumento de peso repentino, mayor sensación de frío constante, depresión, anemia, estreñimiento, resequedad en la piel, etc.

- Problemas en el desarrollo del embarazo, lo que puede producir abortos espontáneos, partos prematuros, nacimientos de bebés muertos o de bebés con defectos congénitos, con problemas de crecimiento y desarrollo, de audición, de habla o de retardos mentales, etc.

- Problemas en la frecuencia cardíaca, ralentizando los latidos del corazón.

- Problemas en las funciones cognitivas del cerebro, dificultando los procesos de aprendizaje, de memoria, deficiencias del coeficiente intelectual y en casos más extremos, problemas de retraso mental.

 

Alimentos que proporcionan Yodo al organismo

Lamentablemente, la mayor fuente de yodo se encuentra en los productos animales como los lácteos, los pescados y mariscos, la carne y los huevos; por lo que las poblaciones vegetarianas y veganas son las que se encuentran en mayor riesgo de sufrir una deficiencia de yodo. Por ello, pueden tomarse en cuenta los siguientes productos para asegurar las dosis necesarias de yodo en el organismo:

 

- Sal Yodada. Es importante saber que la sal del Himalaya, la sal marina o la sal Kosher no contienen agregado este mineral, por lo que en ocasiones es importante usar también la sal yodada para cocinar.

- Fuentes vegetales de Yodo: algas marinas, las leches vegetales fortificadas con yodo, crucíferos como el repollo, coles de Bruselas, brócoli, coliflor, leguminosas como los frijoles o chícharos, las habas, el maíz, el mijo, los boniatos, la tapioca, las semillas de lino crudas, la soja y las frutas como la piña, las fresas y los cítricos, cereales como el arroz, trigo, centeno.

Con respecto a las algas, debe tenerse mucho cuidado y consumirse con prudencia, ya que algunas de ellas tienen altas concentraciones de yodo, siendo muy fácil exceder el límite recomendado. Por ejemplo, el consumo habitual de las algas Hijiki está desaconsejado por su alto contenido de yodo; lo recomendable será su consumo esporádico. Otras conocidas con el Kombu, la Arame, la Kelp, la Espirulina.

- Suplementos: suplementos de yodo, los cuales deben contener preferiblemente una dosis de entre 100 y 150 mcg/día. Los suplementos específicamente de algas marinas nunca deberían ser suministrados a los bebés y niños.

 

 

Fuentes de información:

thyroid.org

nacionfarma.com

mipediatravegetariano.com

 

10/08/2021

 

 

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