TRASTORNO DISMÓRFICO CORPORAL: CUANDO LA BELLEZA SE CONVIERTE EN UNA OBSESIÓN

 

 

 

 

Sentirse y verse bien, es un derecho que tienen todos los seres humanos, sin embargo, cuando la apariencia física es una prioridad, se puede convertir en una obsesión y, en ocasiones, ser un síntoma del trastorno Dismórfico Corporal (conocido antes como dismorfofobia).

 

El trastorno dismórfico corporal comienza en los primeros años de la adolescencia y afecta tanto a varones como mujeres. La obsesión respecto a una constitución corporal demasiado pequeña o no suficientemente musculosa (dismorfia muscular) tiene lugar casi exclusivamente en los varones

 

Los que padecen esta enfermedad, imaginan que tiene un defecto físico, principalmente en la cara: piel, nariz, ojos, mentón, labios, o cualquier otra parte de la anatomía, incluso algunos por la totalidad de su cuerpo, y esta preocupación es tan intensa que les genera angustia y se obsesionan por corregirlo sometiéndose a operaciones estéticas riesgosas y muchas veces innecesarias, pero hay que entender que ninguna cirugía ni tratamiento físico solucionará el problema ya que está en la mente, y la persona nunca estará conforme con su imagen, siempre buscará nuevos defectos y su vida será un tormento que afectará el rendimiento escolar, universitario, familiar, laboral y tendrá un impacto significativo en el desempeño de sus actividades cotidianas.

 

A continuación transcribimos las causas y síntomas según información de la Clínica Mayo:

 

 

CAUSAS

No se conoce específicamente cuál es la causa del trastorno dismórfico corporal. Al igual que muchas otras enfermedades mentales, el trastorno dismórfico corporal puede ser consecuencia de muchas causas, por ejemplo:

 

 

* Deficiencias en el cerebro. Las anomalías en la estructura o la neuroquímica del cerebro pueden tener un papel importante en la aparición del trastorno dismórfico corporal.

 

* Genes. En algunos estudios, se indica que el trastorno dismórfico corporal es más frecuente en las personas cuyos familiares de sangre también presentan esta afección o presentan trastorno obsesivo compulsivo.

 

* Entorno. El entorno, las experiencias de vida y la cultura pueden contribuir al trastorno dismórfico corporal, especialmente si involucran evaluaciones sociales negativas acerca del cuerpo o la imagen personal, o incluso si la persona sufre o ha sufrido de descuidos o maltratos durante la infancia.

 

 

SÍNTOMAS Y SEÑALES

 

* Preocuparse excesivamente por un defecto percibido en la apariencia que los demás no ven o ven como algo menor.

 

* Creer firmemente que tienen un defecto en su apariencia que los hace desagradables o deformes.

 

* Creer que los demás prestan especial atención a su apariencia de manera negativa o se burlan de ellos.

 

* Se involucran en comportamientos para corregir o esconder el defecto percibido que son difíciles de resistir o controlar, como verse al espejo, asearse o arrancarse la piel frecuentemente.

 

* Intentan esconder los defectos percibidos a través del peinado, el maquillaje o la ropa.

 

* Comparan constantemente su apariencia con la de los demás.

 

* Procuran sentir la aceptación de su apariencia en los demás.

 

 

* Tienen tendencias perfeccionistas.

 

* Se realizan procedimientos estéticos frecuentemente sin quedar satisfechos.

 

* Evitan situaciones sociales.

 

* Están tan preocupados por su apariencia que les causa angustia o problemas importantes en su vida social, el lugar de estudios, u otras áreas de actividades de la vida diaria.

 

 

TRATAMIENTO

El tratamiento para el trastorno dismórfico corporal puede incluir terapia cognitiva conductual y medicamentos.

 

En los casos más leves el tratamiento se enfoca en la psicoterapia, y en los más graves tratamiento psiquiátrico ya que el paciente debe medicarse con psicofármacos que le recetará, según sea su caso, el profesional de la salud y, aunque por lo general, no existe una cura radical para esta enfermedad, los tratamientos ayudan a que los pacientes puedan llevar una vida más tranquila y normal.

 

Hay que estar muy atentos porque la depresión que siempre va acompañada de la dismorfofobia, puede generar en el paciente ideas suicidas, por lo cual hay que estar muy atentos y saber diferenciar lo que es una preocupación normal y sana en nuestra presentación física con la obsesión de verse “perfectos”.

 

No se conoce la manera de evitar el trastorno dismórfico corporal. Sin embargo, como este trastorno generalmente comienza en los primeros años de la adolescencia, identificarlo de manera temprana y empezar el tratamiento puede ser de gran ayuda.

 

Si detectan que su hijo, esposa, pariente o amigo presenta síntomas de esta enfermedad, hablen con él o ella para que busquen ayuda psicológica y así puedan atenuar o liberarse de sus obsesiones. Es muy raro que estas personas se den cuenta de que padecen este trastorno y, por lo tanto, difícilmente buscarán ayuda por sí mismas.

 

 

Referencias www.mayoclinic.or

www.lifeder.com

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