REPRESIÓN SEXUAL

 

 

 

¿Qué es la represión sexual?

Es un estado psicofísico que inhabilita a la persona de expresar y consumar su sexualidad. Se le asocia, comúnmente, a sentimientos de culpa o vergüenza ante los impulsos sexuales. Sin embargo, hay que tener cuidado al utilizar el término, ya que se trata de algo subjetivo fuertemente influenciado por cuestiones sociales, culturales, religiosas, e incluso puede tratarse de una decisión personal.

 

¿Cuál es el origen de la represión sexual?

Cultura y sociedad. La cultura dominante puede ser un detonante poderoso para que surja la represión sexual. En nuestra sociedad, por ejemplo, existe mayor posibilidad de que sean las mujeres quienes repriman su sexualidad. Esto ha ido disminuyendo considerablemente, se observa cada vez más libertad, pero aún quedan ciertos esquemas de pensamiento como el siguiente: si un hombre tiene muchos encuentros sexuales con mujeres, es un ganador; mientras que si una de ellas hace lo mismo, corre el riesgo de que se le considere “una cualquiera”.

 

La religión dominante. La religión es parte de la cultura y su injerencia en la conducta social de quien la practica es incuestionable. Los credos que se basan en la culpa y el castigo, que fomentan la castidad como algo sagrado y deseado, tienen altas posibilidades de generar represión sexual entre sus fieles.

 

Frente al surgimiento de una conducta sexual “inadecuada”, una ola de sentimientos de culpa muy fuertes puede aparecer en las personas, generando gran cantidad de síntomas psicológicos adicionales. Convicción personal. Es el caso más atípico, pero esto no significa que no existan personas que hayan logrado un gran dominio sobre sus impulsos y necesidades. Estos individuos optan por no vivir su sexualidad, para lo cual han pasado por un proceso de mucha reflexión y autoconocimiento. En este caso no existe represión ya que es una opción elegida por el individuo.

 

Trastorno psicológico. Algunos cuadros patológicos en la esfera psicológica como, por ejemplo, trastorno esquizoide de la personalidad, depresión mayor, esquizofrenia, etc., podrían “anular” el área psicosexual de las personas. Esto puede llevar a pensar que están reprimiendo su sexualidad, ya que no muestran mayor interés.

 

 

Consecuencias

Las consecuencias son diversas. Para empezar, la más inmediata es una posible infidelidad. Cualquier miembro de la pareja podría llegar al extremo de ser infiel si es que no siente que está viviendo plenamente su sexualidad con su compañero o compañera. Las posibilidades aumentan si es que no se dialoga sobre el tema y se trata de evaluar el porqué la vida sexual ha decaído tanto. En la sexualidad de pareja nada es malo en la medida que ambos estén de acuerdo y hablen acerca de los límites de cada individuo.

 

Por otro lado, la censura a la sexualidad natural puede ser tan poderosa que puede generar conductas sexuales diferentes. Con esto se quiere hacer alusión a los fetiches. No siempre es el caso, pero un bloqueo de este tipo podría llevar a canalizar los impulsos sexuales por vías no convencionales.

 

Asimismo, podría surgir algunas dificultades psicológicas como depresión, aumento del estrés, ansiedad cuando ya se cuenta con una pareja estable y la vida sexual no resulta natural y satisfactoria para ambos.

 

 

Conclusión

Negar algo que existe y es natural es un grave error. Como se mencionó, hay personas que eligen no vivir su sexualidad, pero esta debe ser una elección libre, sin condicionamientos ni temores.

 

La sexualidad en sí misma no es solo un acto físico, abarca también las dimensiones psicológicas y espirituales del ser humano, por lo tanto, debe ser manejada con mucha responsabilidad. Si uno no está listo para manejar todo lo que involucra, es mejor que aplace un poco el llevarla a cabo con plenitud.

 

Se recomienda que el desarrollo sexual vaya acompañado de un proceso de conocimiento personal, constante reflexión y diálogo con personas capacitadas en este tema.

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