¿QUIÉN ERES?

 

No eres tu apellido, tu color de ojos o piel. No eres el colegio al que tuviste el privilegio de ir, un título universitario, tu "éxito laboral", ni el cargo que tienes donde laboras.  No eres el carro que manejas, ni la casa donde vives; no eres tus viajes, todo lo que te compras, ni tu dinero. No eres la "imagen o status" que quieres demostrar en las redes sociales. No eres con quien te casaste, ni los "estándares sociales" que sigues. Nada de eso te hace mejor que nadie, porque nada de eso habla de quién eres tú en verdad...

 

Tú eres la amabilidad que expresas al hablar, el perdón que otorgas cuando te ofenden y la empatía sincera que tienes ante cualquiera que pasa por un momento difícil. 

 

Eres la generosidad que tienes al compartir lo que no te sobra con otro, eres la tolerancia ante alguien que te impacienta y la humildad de no hacer sentir a otros menos que tú. 

 

Eres la inclusión al no discriminar a otros por sus gustos, costumbres o posición, eres la gentileza que tienes hacia otro que no puede hacer nada por ti; eres la bondad que muestras ante un niño, un adulto mayor o una mascota. 

 

Eres la inteligencia emocional que proyectas al pensar antes de hablar para no herir a otros. 

 

Eres la sonrisa que le brindas al desconocido que pasa a tu lado caminando o el abrazo honesto que compartes con otro ser humano. 

 

Eres la madurez y consecuencia con la que llevas la vida, en lo que dices y en lo que haces. 

 

Eres la sinceridad cuando miras al otro a los ojos y le dices te amo, no por inercia sino sabiendo todo lo que significa amar de verdad.

 

Eres la fortaleza que has construido, la bondad que obsequias, la forma en que en plena conciencia percibes la vida, tu vida. 

 

Eres la felicidad que irradias después de una tristeza, porque aprendiste que el dolor es opcional cuando decides aprender de él.

 

Eso es lo que eres. Eres divinidad, pues Dios habita en ti.

 

 

Autor desconocido

27/10/2021

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