¿POR QUÉ SUBIMOS DE PESO EN NAVIDAD?

 

Llega navidad y las fiestas de fin de año; todos deseamos sentir el rico sabor a panetón y chocolate, el puré de manzana, la ensalada rusa, el arroz árabe, abrir la botella de champagne y la lista podría seguir.

 

Todos esos sabores nos recuerdan a la familia, a nuestra infancia y momentos hermosos. Es de esperar que tengamos el deseo de comerlo todo y que de solo pensarlo, la alegría invada nuestro cuerpo.

 

La comida y las emociones

Las fiestas de fin de año son el mejor ejemplo de lo que es “comer emocionalmente”, no solo se trata de los sabores, es la emoción que acompaña a cada sabor, es quienes nos acompañan a comer, es cumplir con la tradición de la casa y llenar nuestro cuerpo de emociones que nos agradan.

 

 

¿Qué es comer emocionalmente?

Es hacerlo sin conciencia plena de nuestras elecciones, quizá tratando de encajar para no sentirnos excluidos sin importar la calidad o cantidad de los alimentos, sin estar atentos a nuestra sensación de saciedad e incluso comer para calmar alguna emoción que queremos evitar o buscando sentir algo que no podemos sin recurrir a la comida.

 

 

¿Comer emocionalmente me hace subir de peso?

Pues depende de qué tan seguido ocurra. Tenemos papilas gustativas “de fábrica” y nos sirven para sentir placer cuando comemos, por lo que comer emocionalmente es algo normal.

 

Subimos de peso cuando la comida emocional es constante. En el caso específico de las fiestas de fin de año, son muchos días en los que asistimos a comidas de celebración con los amigos del trabajo, del colegio, el grupo más cercano de amigos, la familia, la familia de la pareja y demás encuentros con personas que queremos. Entonces, comemos emocionalmente muy seguido y la consecuencia puede ser subir algunos kilos.

 

Ahora reflexionemos un poco sobre la comida “tradicional”. Esta comida es la heredada de nuestra familia, la aceptada por ella, un gusto compartido, pero que no necesariamente es nutritiva; recordemos que no es solo una rebanada de panetón, es una rebanada en cada reunión.

 

 

¿Qué podemos hacer para no aumentar unos kilos de más después de fiestas?

Primero, estar atentos a lo que elegimos para comer, sabemos que son días para disfrutar y eso también puede ir de la mano con escoger alternativas más nutritivas, como puede ser el arroz integral, preparar la mayonesa de la ensalada en casa (y si es vegana mejor), comprar un panetón con harina integral endulzado con estevia o panela, hacer una ensalada llena de verduras de diferentes colores, etc.

 

En general en vez de preguntarnos ¿qué dejar de comer?, deberíamos pensar qué podemos agregar para que la cena sea más nutritiva.

 

Por otro lado, estar “atentos a la comida” también significa prestarle atención a nuestra sensación de hambre y a los motivos por los que aceptamos comer, recuerden que pueden decir “no gracias” o que pueden elegir algo “diferente” a lo que comen los demás. También podemos cambiar un poco la tradición de la casa e introducir las elecciones nutritivas acompañadas siempre del amor de la familia, así por ejemplo en nuestros recuerdos, el sabor a panetón integral vendrá acompañado del abrazo de alguien querido.

 

La clave está en atreverse a hacer pequeños cambios hoy, pensemos que quizá en unos años un chocolate caliente 100% cacao sea el más anhelado y recordado por nuestros sobrinos, hijos o nietos en las próximas fiestas.

 

Espero de todo corazón que la navidad nos traiga momentos de amor en familia y que nada distraiga lo hermoso de pasar las fiestas con quienes más amamos.

 

 

Katherine Ponce

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