PÓNGANSE EN LA SITUACIÓN DE LOS OTROS Y SE VOLVERÁN INDULGENTES

 

 

Los humanos raramente tienen el hábito de ponerse en la situación los unos de los otros, y es de ahí que vienen tantos errores de juicio, tanta crueldad e injusticias. Cuando no se sabe en qué condiciones se encuentra una persona, antes de acusarla, es necesario, por cinco minutos al menos, ponerse en su lugar y con frecuencia se darán cuenta que, si estuvieran en su situación, lo harían diez veces peor que ella. Algunos minutos solamente de este ejercicio y van a adquirir cualidades de nobleza, de paciencia, de indulgencia, de dulzura. Así pues, hagan este ejercicio: pónganse por algunos minutos en la situación de todas las personas que les son desagradables y que les resultan difíciles de soportar, y ustedes verán, no podrán no comprenderlas y amarlas. Incluso tendrán lágrimas en los ojos al pensar en ellas. Ustedes dirán simplemente: “¡Oh, el pobre, oh, el desgraciado!”.

 

Si tienen cerca de ustedes a seres difíciles de soportar, es para enseñarles a amar. Y un día, cuando se presenten en lo alto ante el mundo invisible, les pedirán cuentas. Les dirán: “¿Por qué no han tenido amor por sus semejantes?” – Porque eran indecentes, malos, feos, estúpidos, criminales. – No, esa no es una razón. Ustedes han recibido del Cielo una gran riqueza: tienen ojos, tienen una boca, tienen orejas, brazos, piernas y, si se las han dado, es para amar y no para despreciar, para destruir, para pisotear. – ¡Pero eran miserables! – Eh bien, justamente, esa era una razón adicional para darles con más generosidad. Nada podrá justificarles.

 

Omraam Mikhaël Aïvanhov

PALABRA DE FRATERNIDAD

 

 

05/04/2023

Compártelo