LAS PRUEBAS Y LOS SUFRIMIENTOS

 

Muchos de los sufrimientos y de las pruebas que pasamos en la vida nos las envía el mundo invisible para obligarnos a emplear las fuerzas espirituales que poseemos.

 

Cuando estamos saciados, somos ricos y estamos colmados de bienes, nos quedamos en la superficie de las cosas, mientras que la desolación y la tristeza nos empujan a interiorizarnos para encontrar nuevos recursos.

 

El papel de la Iniciación es enseñarle al ser humano a penetrar en sí mismo para encontrar allí la verdadera riqueza, la verdadera fuerza, el verdadero sostén. En otro tiempo, la Iniciación se hacía en los templos; ahora se realiza en la vida corriente y en los momentos  en que menos lo esperamos.

 

Pensarán: “Pero, ¿por qué el mundo invisible no nos previene con antelación de las pruebas por las que tendremos que pasar?”  Porque ante lo imprevisto nos vemos obligados a interiorizarnos más profundamente y a hacer mayores esfuerzos.

 

Todos tendrán que atravesar pruebas y es necesario que se alegren por ello, pues representan riquezas. Todos los que no han sufrido son muy pobres, no tienen colores para pintar sus cuadros, simbólicamente hablando. Pero el que ha sufrido puede utilizar todas las sensaciones que ha vivido para pintar cuadros. Los grandes genios, todos los que han realizado algo importante en su existencia, han sufrido mucho. Poseían una tinta negra y de esa tinta negra han sacado los colores más bellos.

 

Recuerden que los sufrimientos son pasajeros

Ante cada dificultad que se les presente, piensen: “¡Oh! No durará mucho. Es solo un momento. Pasará en seguida”. ¿Les sorprende? ¿No piensan que esto puede ser eficaz? Sí, es una fórmula eficaz; yo lo he verificado. Solo el pensar que las desgracias son pasajeras ayuda a soportarlas. Y por otra parte, así es, no durarán eternamente. ¿Una veintena, una treintena, una cuarentena de años? Bien. ¡Eso no es la eternidad! Solo hay que tener paciencia. Por otra parte son ustedes mismos, frecuentemente, quienes durante años han contribuido a encontrarse en situaciones intricadas. Ahí se mostraron pacientes, perseverantes, ¡sí, verdaderos ejemplos de perseverancia! Pues bien, también deben mostrarse pacientes para restablecerse.

 

Tanto el bien como el mal necesitan tiempo para manifestarse. Así pues, de ahora en adelante, cualesquiera que sean vuestras pruebas, díganse: “Solo es un mal momento que hay que pasar, pronto no quedará nada de todo esto, pues tengo ahora los medios de rehacer el futuro y de vivirlo de una forma celestial”. Y pónganse de nuevo a trabajar.

 

Para soportar las dificultades miren hacia lo alto

Cuando tienen dificultades, están acostumbrados a concentrarse en lo más bajo, a no pensar más que en ellas, a rumiar durante demasiado  tiempo en todo lo que no marcha bien, en todo lo que les preocupa, inquieta, apena. Mirar sin cesar hacia abajo no es un buen método; hay que procurar mirar hacia arriba, donde se encuentran la luz, la sabiduría, la belleza, y todo lo que puede incitar a su alma a descubrir los medios para superar las dificultades. Las preocupaciones, las penas existirán siempre, no se las ahorrarán. Para superarlas deben actuar como lo hacen contra las intemperies o contra los insectos: equipándose. Contra la lluvia cogen un paraguas, contra el frío se abrigan o instalan la calefacción, contra los mosquitos colocan un mosquitero. Pues bien,  contra las dificultades, deben mirar hacia lo alto para extraer la luz y la fuerza. Solo de esta forma triunfarán.

 



 

Extraído del libro “Reglas de oro para la vida cotidiana”

 Autor: Omraam Mikhaël Aïvanhov

Editado por Bien de Salud

con la autorización de Editorial Prosveta

www.prosveta.com

FRANCIA

 

03/09/2021

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