¿Las calorías importan?

 

 

Cuando ingerimos algún alimento, el cuerpo lo absorbe y, posteriormente, metaboliza los nutrientes contenidos en estos. Mediante este proceso obtenemos la energía para que las células y los tejidos puedan realizar sus funciones eficientemente. No obstante, cada nutriente aporta una cantidad diferente de calorías; por ejemplo, 1 gramo de carbohidrato y 1 gramo de proteína producen 4 Kcal, respectivamente, y 1 gramo de grasa produce 9 Kcal.

 

Tanto los carbohidratos, como las proteínas y las grasas son fundamentales para el adecuado funcionamiento del organismo.

 

Los carbohidratos son la principal fuente de energía para el cuerpo, sobre todo, la única para el cerebro. Las grasas son necesarias como principal fuente energética para diferentes tejidos, excepto el cerebro, células sanguíneas, piel, y médula renal, además de que son la fuente principal para el almacenamiento energético (tejido adiposo) porque proporciona más energía que los otros nutrientes. Las proteínas también proporcionan calorías; sin embargo, su principal función es la de construcción, reparación y mantenimiento de células y tejidos; en casos extremos de depleción energética de carbohidratos y grasas, el organismo usará las protehínas como fuente energética.

 

Como podemos darnos cuenta, las calorías sí importan; sin embargo, debemos considerar la calidad y el origen de las mismas, puesto que la metabolización y respuesta hormonal de los nutrientes no es igual si la tomamos de un alimento natural o de un alimento procesado o refinado; por ejemplo, nuestro cuerpo no reaccionará de la misma manera con 100 calorías de galletas dulces con relleno y 100 calorías de una porción de fresas, puesto que las galletas no contienen fibra, son altas en azúcares y grasas, logrando sobre estimular el funcionamiento de la insulina (hormona encargada de disminuir los niveles de glucosa en sangre, almacenándola como energía). Por ello, si se consume productos altamente procesados y refinados el cuerpo obtiene calorías, pero no suficientes nutrientes, descompensando así el ciclo hambre-saciedad.

 

Lo mismo sucede al realizar combinaciones de nutrientes debido al efecto térmico de los alimentos, donde el aparato digestivo gasta más calorías al procesar dietas ricas en proteínas, carbohidratos complejos y fibra, incrementando el gasto calórico total del día, a diferencia de una dieta rica en carbohidratos refinados, que supone un gasto calórico bajo.

 

Finalmente, recordemos que no solo es importante considerar el aporte energético de un alimento, también se debe tener presente la calidad de los nutrientes que contienen para mantener un óptimo equilibrio hormonal.

 

 

 

Carmen Henderson

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