LA HONESTIDAD COMO VALOR NATURAL

 

 

El Ingeniero Leandro Guido, un argentino que fue a un intercambio en Europa, cuenta que ingresó en una estación del metro de Estocolmo, Suecia; allí notó que había entre muchos molinetes normales y comunes, uno que daba paso libre gratuito.

 

Por curiosidad le preguntó a la vendedora de tickets porqué estaba aquel molinete permanentemente libre para pasar, y sin ningún agente de seguridad en las cercanías. La dama le explicó entonces, que ese paso estaba destinado a las personas que, por cualquier motivo, no tuviesen dinero para pagar su pasaje.

 

Incrédulo, acostumbrado a la manera de argentina, no pudo evitar hacerle la pregunta que, para él, era obvia: “¿Y si la persona tuviese dinero, pero simplemente no quiere pagar?” La vendedora entrecerró sus ojos y, con una sonrisa de pureza sobrecogedora, le respondió: “¿Pero por qué haría eso?” Sin poder darle una respuesta, el ingeniero pagó su pasaje y pasó por el molinete, seguido de una multitud que también había pagado su ticket. El paso libre continuó vacío.

 

La honestidad es uno de los valores más preciados. Una sociedad que ha logrado transformar ese valor en algo natural, está sin duda, en un estado de desarrollo superior. Esa es la verdadera educación. Cultivemos este valor y transmitámoslo a los hijos, a los nietos, a los alumnos, a la sociedad.

 

Recuerden siempre que el mundo cambia si uno se cambia a sí mismo. Rechacemos las prácticas fraudulentas, los negocios mal habidos, la corrupción.

 

 

HAGAMOS DE LA HONESTIDAD Y BUENA FE UN HÁBITO NATURAL EN NUESTRAS VIDAS.

 

 

Tomado de “Mente Millonaria”

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