ES BUENO SER IMPORTANTE, PERO MÁS IMPORTANTE ES SER BUENO

 

 

A muchos les sorprendió oír una frase tan profunda en una entrevista a Roger Federer; este excelente tenista habló de todo un poco, pero cuando le preguntaron cuál era su lema en la vida, pronunció las palabras del título: “Es bueno ser importante, pero más importante es ser bueno”.

 

Qué trascendente es entender estas palabras, sobre todo en estos tiempos cuando todos quieren sobresalir aunque a su paso solo dejen la desolación o el sufrimiento de los que se interponen en su camino y de quienes los rodean.

 

Ser bueno le resta importancia a ser importante (valga la redundancia). El ser humano de buen corazón siempre estará protegido por seres de luz, aunque a veces encuentre obstáculos en su camino, siempre saldrá airoso espiritualmente. Aquellos que sienten la necesidad imperiosa de sobresalir son personas que quizás guarden una gran inseguridad en su interior, no son conscientes que en la obsesión de alcanzar sus objetivos se dañan a sí mismos y a los demás.

 

Tratemos de que impere la bondad, la solidaridad y el amor en todos los actos de nuestras vidas. Todos somos importantes en el universo, cada ser es especial y eso es suficiente, dejemos que el destino sea el que nos ofrezca las oportunidades de sobresalir pero por nuestras buenas acciones.

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