EL PROFUNDO SILENCIO

mujer en un bosque

        

En el silencio se medita. En el silencio se perdona. En el silencio acompañamos. En el silencio nos tranquilizamos. En el silencio gozamos de la Divina Presencia.

 

El callar es una virtud; tan importante como hablar es callar y escuchar. Oír con el alma es un arte. El silencio es un nivel de consciencia para comunicarnos y relacionarnos con los demás, experimentando así una vida plena. Por eso siempre decimos, mediante la palabra el ser humano se comunica más con el ser humano que con el ser Divino; mediante el profundo silencio nos comunicamos más con el ser Divino que con el ser humano. De esta manera, si dedicamos un tiempo al silencio, humanizamos lo Divino y Divinizamos lo humano.

 

El silencio puede sanar. La medicina espiritual está presente en el alma. Cuando la necesitemos, podemos encontrarla en el interior. En silencio también acumulamos poder espiritual. Este poder del silencio transforma la atmósfera, generando paz donde hay confusión. Una comunicación defectuosa puede traer como resultado malos entendidos y equivocaciones. Escucha atentamente a lo que te dicen, trata de encontrar el sentido real. Escucha no solo las palabras de los otros, sino los sonidos que te rodean, el canto de las aves, la brisa del viento. Así nos conectamos con el presente.

 

Los instrumentos del silencio son los pensamientos puros, los buenos deseos y el lenguaje de la mirada, manifestamos los sentimientos con los ojos y los gestos. Con el poder del silencio y con el lenguaje de la mirada podemos brindar una experiencia de espiritualidad a los demás. Cuando es difícil que las palabras puedan realizar una actividad exitosa, la experiencia de amor y compasión a través del poder del silencio, pueden llevarla a cabo.

 

Para desarrollar el poder del silencio, es necesario permanecer interiorizados y en soledad, experimentando la conciencia del ser espiritual y la conexión con la fuente eterna del poder del Profundo Amor.

 

 

22/12/2021

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