CREAN ROBOT QUE DETECTA EMOCIONES HUMANAS

 

 

El periódico El Espectador anunció lo siguiente:

“Un equipo de investigadores del Grupo de Tecnología Informática e Inteligencia Artificial de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), y sus homólogos de la Universidad do Minho (Portugal), han desarrollado un prototipo de robot que es capaz de detectar el estado de ánimo de aquellos individuos con los que interactúa. Esto permite al sistema robótico enriquecer su conocimiento en relación al entorno que lo rodea y mejorar su interacción con los humanos. De esta forma, el mecanismo puede hacer estimaciones de las personas que difieren en mayor grado del estado de ánimo del grupo y tratar de actuar sobre ellas”.

 

Proyecto internacional

El profesor de Sistemas Informáticos y de Representación en la UPV e investigador del Grupo de Tecnología Informática e Inteligencia Artificial, Vicente Julián, explica que "a modo de ejemplo, si el robot tiene como objetivo mantener entretenidos a un grupo de niños, a partir del estado de ánimo del colectivo, puede decidir actuar de forma específica sobre aquellos niños que emocionalmente se encuentran más alejados del grupo y de esta forma tratar de homogeneizar el estado emocional del colectivo".

 

El sistema robótico creado por los especialistas españoles y portugueses incorpora una serie de elementos que hacen posible su versatilidad, entre los que destacan una pantalla en la que se refleja su estado emocional, unos sensores de radiación infrarroja, una cámara para la identificación de las personas, un sensor Lidar (por sus siglas en inglés Laser Imaging Detection and Ranging) y tres Raspberry Pi, que constituyen el "cerebro" del prototipo.

 

Esta labor se enmarca dentro un proyecto internacional centrado en la interacción de los robots con humanos. En esta investigación, el equipo hispano-portugués se centró en la detección de emociones y su consiguiente interpretación por sistemas computacionales. "El resultado de la monitorización de emociones se utiliza de una manera innovadora en la que se pretende identificar uno o varios estados emocionales de un grupo de personas y cómo estos estados se propagan a lo largo del tiempo. El robot interpreta dichos cambios emocionales y los utiliza en su toma de decisiones", afirma el profesor Julián. Junto al investigador de la Universidad Politécnica de Valencia, completan el equipo los especialistas Carlos Carracosa y Jaime Rincón.

 

Los resultados obtenidos por este equipo pueden ser aplicados en numerosos campos y áreas donde sea necesaria una interacción entre el robot y los humanos, como es el caso de los robots dedicados a entornos asistenciales, comerciales o en materia educativa.

 

Este proyecto recibió el premio IBM Excellence Award, en la conferencia internacional Paams 2017 (15th International Conference on Practical Applications of Agents and Multi-Agent Systems), celebrada en Oporto a finales del pasado mes de junio (2018) y que reunió a cerca de 300 expertos internacionales en inteligencia artificial (IA).

 

BIEN DE SALUD LES CUENTA LOS ORÍGENES DE ESTA TECNOLOGÍA…

 

En 1995, Rosalind Picard, profesora del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), introdujo el tema de crear robots que interpreten las emociones humanas. Su idea fue recibida con sarcasmo porque ella explicaba que para conseguir que una máquina fuera realmente inteligente, había que dotarla de respuesta emocional. Picard afirmaba que "Los programadores deberían considerar la perspectiva del afecto al crear un software destinado a interactuar con los humanos”. En su libro Affective Computing (Informática afectiva) amplió su teoría y, sin pretenderlo, bautizó un nuevo campo en las ciencias de la computación. Picard ha sido la inspiración para muchos investigadores, como por ejemplo la egipcia Rana el Kaliouby, quien, con su colaboración, ha creado el algoritmo Affdex, capaz de identificar la expresión de diferentes emociones a partir de rasgos faciales.

 

Affectiva, que emergió del proyecto del MIT, es el origen de Affdex y, como casi todas las empresas centradas en las emociones, utiliza las investigaciones del psicólogo Paul Ekman.

 

Ekman y sus investigaciones sobre las emociones humanas.

El psicólogo Ekman investiga las emociones humanas desde los años 60. Ha logrado crear evidencias que demuestran que es posible identificar seis emociones humanas a partir de la expresión facial, porque sus rasgos son casi idénticos, independientemente del género, etnia, edad y cultura de las personas. Con todo este conocimiento creó una guía de 500 páginas que compila todos los movimientos faciales posibles conocida como el Facial Action Coding System. A partir de esta información, y usando un algoritmo concreto y técnicas de aprendizaje automático, se ha conseguido que una máquina sea capaz de diferenciar una sonrisa auténtica de una falsa, o el dolor fingido del real. Los creadores de Affdex aseguran que tienen una precisión para interpretar un entrecejo que se acerca al 90%.

 

Affectiva ha conseguido compilar 12.000 millones de indicadores emocionales a partir del estudio de 2,9 millones de caras de sujetos de 75 países. Es la base de datos emocionales más grande del mundo.

 

UTILIDADES Y BENEFICIOS

La tecnología dotada de emociones podría ser muy útil para las personas ciegas. Anteojos con un chip emocional emitirían información al usuario sobre los rostros que tiene frente a él. También podrían ayudar a interpretar sus emociones a los que padecen algún síndrome del espectro autista, y de esta manera, mejorar su vida social.

 

Las aplicaciones educativas podrían detectar cuando el usuario está aburrido, y acelerar su ritmo de aprendizaje. En caso de que interpretaran que el estudiante está confundido, de seguro que disminuiría la liberación del contenido educativo.

 

Un coche capaz de identificar que el conductor está con sueño, jamás le permitirá conducir, y si un refrigerador inteligente detecta que el usuario está ansioso, quizás bloqueará la puerta para evitar una indigestión.

 

 

 

Fuentes:

 

ConSalud.es

20minutos.es

El espectador

Laverdad.es

 

 

 

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