CÓMO LIBERARNOS DE LAS CREENCIAS LIMITANTES

 

 

En estos tiempos de pandemia y cuarentena opté por la atención virtual de mis pacientes y, felizmente, ellos estuvieron de acuerdo y siguieron sus sesiones a distancia.

 

Entre ellos, una señora a quien conozco desde hace mucho me lanzó una pregunta: ¿Por qué parecen haber abismos entre lo que deseo y lo que ocurre en mi vida?

 

La explicación es muy simple: nuestros pensamientos crean emociones y estas se transforma en nuestra realidad.

 

¿Así de simple? Sí, pero tampoco es tan fácil hacerlo. Lo que sucede es que muy pocos o casi nadie, a decir verdad, tiene cuidado con lo que piensa y siente.

 

¿Y de dónde salen estos pensamientos? De nuestras creencias. Las cuales fueron creadas por nuestros padres en la primera infancia, que sumadas a las que se forman en el colectivo mental de la sociedad, nos hacen vivir de una determinada manera y proyectar ciertos temas en nuestro entorno e incluso en nuestra salud.

 

Si estas creencias son positivas y están en armonía con el universo, mi realidad será la que busco. Viviré lo que deseo, y lo que necesito vivir.

 

¿Pero qué ocurre cuando estas creencias están saboteando mis planes? Si uno detecta que esto está ocurriendo, es momento de un cambio radical, y es hora de buscar el acompañamiento de un terapeuta.

 

Pero, ¿Qué puedo ir haciendo para ayudarme?

 

A continuación les ofrezco una pequeña guía y plan de acción que puede ayudarlos:

 

1. Identificar el aspecto de mi vida que quiero cambiar. Puede ser mi salud, mis relaciones o mi trabajo. Pueden ser todos, sí. Pero pongámosle prioridad a lo que queremos mejorar primero.

 

2. Hacer una lista de las ideas preconcebidas que tengo sobre estos aspectos. Es decir, una lista que en buenas cuentas necesitaré cambiar para ver resultados. Puede ser que mis creencias me lleven a pensar que ganar dinero es complicado, o que el dinero se va fácilmente, o quizás que el dinero separa a las familias. Es importante poner esmero y enumerarlas todas.

 

3. Entender que somos los únicos responsables de nuestros pensamientos. Si bien es cierto que, aunque nuestros padres y el entorno crearon esos pensamientos en nuestras mentes, somos los únicos responsables de elegir conservarlas o desecharlas. Entre más rápido seamos conscientes de esto, el cambio vendrá más pronto.

 

A continuación viene la parte más importante…

 

4. Racionalizar cada una de nuestras creencias. Para nosotros las creencias son sagradas, pero ni son 100% ciertas, ni están escritas en piedra. Así que debemos tomarnos un tiempo para ponerle mente a cada una de ellas. Quizás nos demos cuenta que ni siquiera tienen sentido. Podremos ver que, si bien determinados pensamientos vienen de nuestra familia, tal vez reflejan una realidad que no es la nuestra. Y así, poco a poco cada una de esas creencias perderá el gran valor que le habíamos dado, y las emociones atadas a ella irán perdiendo también su poder sobre nosotros.

 

Espero estos pasos les resulten útiles y se conviertan en las herramientas para transformar su mente, sus pensamientos, y a su vez, su vida.

 

¡Bendiciones para todos!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Si desean orientación sobre las diversas terapias sanadoras que les puedo ofrecer, les dejo los siguientes datos:

 

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