CÓMO CANALIZAR EL SUFRIMIENTO

 

Si duele… cuéntalo, escríbelo, llóralo, píntalo, grítalo, cántalo, exhálalo… pero sácalo fuera de ti.


 

En este nuestro mundo, bello y maravilloso, vivimos días diferentes. Cada uno a su manera y con sus propias vivencias muy particulares.

Uno trata de estar bien siempre. Uno trata de que lo que planeamos y lo que sucede sea siempre equivalentes. Ojalá comprendiéramos el fluir de la vida y viajáramos con él.

 

Nuestra mente se opone a este mágico circuito y nos causa dolor y sufrimiento. Se resiste a aceptar los sucesos del Universo, se desgasta, consume mucha energía y al final el resultado es dolor y sufrimiento. Primero dolor y luego, cuando este permanece, nace el sufrimiento. Por ello alguien dijo que a veces el dolor es inevitable, pero el sufrimiento si podemos controlarlo, manejarlo.

 

Cuando el dolor clava sus puñales en el corazón y el alma, hay que buscar una forma de canalizarlo para que haga el menor daño posible.

 

Una forma de desahogo es contarlo, hablarlo, decirlo, escribirlo, llorarlo, cantarlo, pintarlo, etc.

 

Formas simples y muy curativas, que alivian y liberan de ese dolor.

Los incas hacían un hueco al pie del cerro donde estaba su Apu y allí contaban su pena, su dolor.  Luego enterraban este desahogo y se lo entregaban a Pacha Mama, liberándose de esta energía perturbadora y dañina.

 

Busca una forma de hacerlo, la que mejor se acomode a ti,... pero hazlo, no te quedes con eso.

 

¡Ya es hora alma mía!

 

 

NOTA EDITORIAL: Si desean aprender más sobre filosofía, psicología y espiritualidad, les recomendamos entrar en la página de Facebook TODOS SOMOS LO MISMO, administrada por el autor de este artículo.

 

 

07/07/2021

 

Compártelo