33 RAZONES PARA EVITAR LA PRISA

 

 

 

 

 

La prisa es la epidemia mundial de nuestros tiempos, pero hay que andar con cuidado porque nos puede pasar factura a corto o largo plazo. En su libro “Elogio de la lentitud”, Carl Honoré, nacido en Escocia y periodista canadiense, autor del libro “Elogio de la lentitud” sostiene que la hiperactividad actual nos lleva a dedicar nuestras energías hacia metas que nos hacen olvidar las cosas verdaderamente importantes. A continuación, les ofrecemos varias citas y reflexiones recopiladas del mencionado libro y de otras fuentes importantes que nos pueden ayudar a menguar el ritmo atolondrado en que vivimos para no dañarnos a nosotros mismos y a los que nos rodean.

 

 

1

Recuerda que vivir de prisa no es vivir…es sobrevivir.

 

2

No dejes que la prisa te gobierne. Muchas cosas que te planteas ahora se pueden postergar, has la prueba y verás que es cierto.

 

3

Cuando estés acompañado apaga el celular, olvídate del WhatsApp, del Facebook, de los correos electrónicos; nadie se perjudicará si no contestas de inmediato. Recuerda que la presencia física de otra persona no tiene precio.

 

4

Tómate tu tiempo para comer y beber. Son placeres de la vida y no hay que arruinarlos con la prisa.

 

5

Pasa tiempo contigo mismo a solas y en silencio. Escucha tu voz interior. Medita sobre la vida.

 

6

Apártate del ruido y no le temas al silencio. Al principio puede resultar difícil, pero luego notarás grandes beneficios.

 

7

Toma pequeñas pausas varias veces al día, le harás un favor a tu cuerpo y a tu mente e irás formando un buen hábito.

 

8

No mires la televisión todo el tiempo.

 

9

Escucha música con tranquilidad y descubre su belleza.

 

10

Escribe una lista de tus prioridades. Si lo primero es el trabajo, algo anda mal, vuelve a hacerla. El trabajo es importante y debemos hacerlo, pero no es lo más importante en la vida.

 

11

No es cierto de que se puede amar en poco tiempo. Es un error pensar que se puede amar una hora por día y que con ese tiempo basta.

 

12

Brinda tu tiempo para escuchar los sueños de la gente que amas, sus miedos, sus alegrías, sus fracasos, sus fantasías y sus problemas.

 

13

Nadie está obligado a seguir tu ritmo. Eres tú quien debes disminuir la prisa.

 

14

Recuerda que la conversación y la compañía silenciosa son los medios de comunicación más antiguos y efectivos que existen, no los arruines diciendo “estoy apurado”.

 

 

15

Ten presente que el que corre no siempre va más rápido. Prioriza tus asuntos, aprende a decir que no y establece tus horarios. Tu vida personal y laboral se beneficiará con este cambio.

 

16

Vivir con menos prisa disminuirá el estrés en tu vida.

 

17

Gregorio Marañón, famoso médico endocrinólogo, científico, historiador, escritor y pensador español, afirmaba que: “En este siglo posiblemente acabaremos con las enfermedades, pero nos matarán las prisas”. Es una buena cita que deberías recordar.

 

18

La prisa es la hermana del estrés y la ansiedad, estados emocionales que no te dejarán disfrutar el presente porque siempre estarás pensando en el futuro.

 

19

La prisa no te permite escuchar a los demás porque tu cabeza está llena con tus propios pensamientos y eso es lamentable.

 

20

Si vives con prisa también tendrás más probabilidades de tener un accidente ya que con el afán de ahorrar tiempo, tarde o temprano podrías perder el control de tus acciones.

 

21

Como la prisa produce estrés, eleva los niveles de cortisol y adrenalina lo que puede enfermar las células de tu cuerpo evitando que realicen sus funciones de manera correcta. La prisa alimenta y acelera las células a corto plazo (producto de varios procesos bioquímicos), pero a largo plazo las envenena acelerando el envejecimiento y deteriorando las funciones cognitivas.

 

22

Las sustancias dañinas que genera nuestro cuerpo con la prisa, causan efectos indeseados en el organismo como dolor de cuello, hombros, cabeza, ojos, espalda o articulaciones debido a la tensión. Estos síntomas son “las quejas del cuerpo” cuando se le somete a un ritmo acelerado.

 

23

La obsesión por hacer todo rápido puede ser sinónimo de una mala gestión del tiempo, de desconcentración, de olvidos y sobre todo de desequilibrio emocional.

 

24

Los minutos o segundos que se ganan con la prisa no compensan lo se pierde en calidad de vida.

 

25

Pon límites a tus horarios de labores, no tienes que acabar todo en un solo día, siempre existe “mañana” para terminar una tarea.

 

26

La prisa causa distanciamiento emocional, y esto quizás sea una de las peores consecuencias de ir corriendo por la vida, ya que no solo nos distanciamos de los demás, lo más grave es que perdemos contacto con nosotros mismos.

 

27

Trata de ir más despacio, obsérvate cuando caminas, cuando hablas, cuando escuchas. La mente siempre te dirá: “Apúrate”, pero no debes permitir que te gobierne. Tú eres el dueño de tus decisiones, y una de las más importantes debería ser ir más despacio para disfrutar de la vida.

 

28

¡Cuidado!, la carga de estrés de una vida acelerada puede llevar a desarrollar el síndrome del quemado (burn out), que se produce cuando el cuerpo grita “ya no aguanto más” y que se

caracteriza porque la persona sufre constantes crisis de angustia y ansiedad, no puede conciliar el sueño, etc.

 

29

Si te es difícil bajar la velocidad en tu ritmo de vida, intenta tomar clases de yoga, de meditación, de artes manuales, todas estas prácticas requieren paciencia. Recuerda que los hábitos se forman poco a poco.

 

30

Disfruta del presente, observa lo que ocurre alrededor. No pienses en lo que tienes que hacer mañana. Déjate llevar y fluye en el aquí y en el ahora.

 

31

Disminuye tu ritmo un poco y vive con tranquilidad, el mundo no se acabará si vives un poco más lento, y sobre todo evitarás todas las consecuencias funestas de la prisa desmedida.

 

32

La naturaleza jamás actúa precipitadamente, ¿por qué tendrías que hacerlo tú? Todo tiene su tiempo y su lugar preciso.

 

33

Recuerda que hasta el mismo Maestro Jesucristo dijo: “Cada día tiene su propio afán”, lo que significa que no necesitas adelantar nada, resuelve lo que se presente poco a poco y…sin prisas.

 

 

 

El virus de la prisa se está apoderando del mundo. Si ya lo tienes, trata de curarte con estos consejos.

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