LA IMPORTANCIA DEL MAGNESIO Y EL ZINC EN LA SALUD

 

Todos los minerales son importantes para la salud, pero en esta oportunidad les ofrecemos información sobre dos de ellos que son de vital importancia para el óptimo funcionamiento de nuestro organismo.

 

A continuación, te explicamos todo lo que necesitas saber sobre las funciones y beneficios del magnesio y el zinc en nuestra salud.

 

MAGNESIO

 

ZINC

 

 

MAGNESIO

 

En las últimas décadas la medicina se ha dedicado a investigar con mayor detenimiento los efectos que causa este metal liviano en nuestro organismo. El contenido total de magnesio en el ser humano es de 25 g y es casi cinco veces mayor que el de hierro. Se halla en segundo lugar, después del potasio, entre los minerales que aparecen en las células.

 

La función del magnesio en el metabolismo

El magnesio interviene en prácticamente todas las funciones metabólicas de nuestro cuerpo. Casi la totalidad de las enzimas solo se activan cuando se combinan con el magnesio. Interviene por ejemplo en la descomposición de los azúcares de la fruta, el metabolismo de las albúminas, de los hidratos de carbono y en la liberación de adrenalina (hormona del núcleo de las cápsulas suprarrenales). El magnesio también mejora el rendimiento cardiaco, dilata los vasos del pericardio, influye en forma favorable en la coagulación sanguínea (protege de la trombosis) y en el aprovechamiento del oxígeno. Por este motivo, se receta cada vez más magnesio a las personas con tendencia a infartos.

 

El magnesio en los huesos, músculos y sangre

El 60% del contenido total de magnesio en nuestro organismo se encuentra en los huesos, los que a su vez funcionan como reservorio. En caso de necesidad, nuestro organismo puede movilizar el que se encuentra fijado en ellos.

 

En el tejido muscular se encuentra en una concentración siete veces mayor que el calcio. En los riñones, cerebro, hígado y tiroides y en los glóbulos rojos también aparece este elemento.

 

La concentración de magnesio en el plasma sanguíneo está sujeta a mecanismos de regulación muy sensibles. Los reguladores más importantes son las paratiroides, cuya producción hormonal aumenta al disminuir la concentración de magnesio en la sangre. Con ello se logra una reabsorción mayor del filtrado renal o una movilización del magnesio óseo en caso de ser necesario para nuestro cuerpo.

 

¿Por qué todos tenemos carencia de magnesio?

Desgraciadamente la mayoría de las poblaciones tienen una gran carencia de este elemento. Estas personas consumen principalmente alimentos pobres en magnesio como pastas, fideos, pan blanco, sémola, dulces y azúcar. 

 

El contenido de minerales disminuye considerablemente en la elaboración de harinas o pan blanco. Por ejemplo, 1 Kg de harina integral contiene 250 mg de magnesio y 1 Kg de harina blanca solo 120 mg, lo que significa una reducción del 52%. Las pérdidas de hierro alcanzan al 84% y algunas vitaminas desaparecen por completo de la harina blanca.

 

Los motivos pueden ser varios:

1.      Al cocinar y hervir los alimentos se pierden grandes cantidades de magnesio; por eso es aconsejable preparar las comidas con cuidado y consumir a menudo alimentos crudos.

2.      Ingestión constante de alimentos pobres en magnesio. Las personas con conciencia de su salud deberían reemplazar estos productos por alimentos ricos en minerales como el Musli, pan integral, nueces y germen de trigo.

3.      Alimentación rica en grasa. Demasiada ingestión de grasa favorece la formación en el tubo digestivo de magnesio cáustico difícilmente absorbible. Así que es aconsejable disminuir el consumo de grasas.

4.      Alimentación rica en albúminas. Se recomienda para un consumo diario de albúminas de 70-80 g, una ingestión de magnesio de 400 mg, ya que la necesidad de éste aumenta con un consumo alto de aquellas. También aumenta dicha necesidad cuando se ingiere mucho calcio. Los niños y los jóvenes son quienes más magnesio necesitan y generalmente los hombres más que las mujeres.

5.      Disminución de la capacidad de absorción por falta de vitaminas B1, B2 y B6 y excesivo consumo de alcohol.

6.      Errores en el abonado de la tierra que acarrean su empobrecimiento con referencia a este mineral. La mala composición mineral de los abonos artificiales influye negativamente en la absorción de magnesio en las plantas.

7.      Puede producirse carencia de magnesio por mal uso de laxantes y consumo de diuréticos (aumenta la producción urinaria). Con estos medicamentos se “lavan” el magnesio y otros minerales del cuerpo. Es importante también prestar atención a los medicamentos que reducen la hipertensión, ya que también pueden contener diuréticos.

 

¿Cómo reconocer la carencia de magnesio?

El bajo nivel de magnesio (hipomagnesemia) se produce con enfermedades gastrointestinales como meteorismo, inflamación del intestino grueso, úlcera estomacal y duodenal, endurecimiento hepático, inflamación pancreática y alcoholismo. Además, se puede producir en caso de acidosis, de determinadas enfermedades renales, hiper o hipoparatiroidismo e hipertiroidismo.

Las características de carencia de magnesio en seres humanos se dividen en cuatro grupos:

 

1.           Perfiles cerebrales (alternaciones nerviosas, depresivas o epilépticas): vahídos, presión cefálica, obnubilación, concentración disminuida, trastornos circulatorios cerebrales, inconsciencia. La carencia de magnesio, además de inquietud, temblores y miedos, puede producir depresiones.

2.           Perfiles cardíacos (irritabilidad del miocardio y espasmos de los vasos pericárdicos): alteraciones en el ritmo cardíaco con asiduos latidos extra, taquicardia, espasmos de la musculatura lisa de los vasos pericárdicos, dolores cardíacos. Se recomienda la administración de magnesio para los espasmos vasculares del pericardio y la tendencia al infarto del miocardio.

3.           Perfiles gastrointestinales (hiper excitabilidad de la musculatura lisa del tracto gastrointestinal): náuseas, vómitos, espasmos abdominales, diarreas, espasmos de los esfínteres.

4.           Perfiles músculo-espasmódicos (espasmos de la musculatura lisa y estriada): calambres en las pantorrillas, las plantas de los pies, molestias en la musculatura cervical o del resto de la columna vertebral. En la vejez se deforma la columna vertebral. No siempre se deberían diagnosticar daños en la columna, sino que habría que pensar en una eventual carencia de magnesio. Otros síntomas carenciales son: sensación de entumecimiento en las manos y cara, calambres al masticar y tragar o calambres en los labios.

 

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Los niveles bajos de magnesio están relacionados con el estrés

Entre el estrés por el ruido y el requerimiento de magnesio existe una estrecha relación. Las investigaciones dieron el siguiente resultado: Cuando menor era el contenido de magnesio en los glóbulos rojos, más sensible fue la reacción al ruido de las personas estudiadas. Las consecuencias fueron incremento de la presión sanguínea y tensión psíquica. 

 

La sensibilidad al ruido se puede moderar mediante un mayor aporte de magnesio. Una carencia de magnesio durante un período prolongado, bajo carga de ruido, conducirá a una temprana disminución de la capacidad auditiva en la vejez. Entre el estrés y la carencia de magnesio se establece un “círculo vicioso”. Bajo carga de estrés disminuye cada vez más el magnesio contenido en las células y esto conduce a una mayor reacción de estrés.

 

El efecto del ruido no se diferencia de los efectos generales del estrés. Se produce una mayor eliminación de catecolamina (a las catecolaminas pertenecen por ejemplo las hormonas adrenalina y noradrenalina) y desplazamientos electrolíticos. Estos efectos aumentan con la carencia de magnesio. Finalmente, con ello aumenta también el riesgo de enfermedades cardíacas y vasculares. 

 

Estos efectos fatales se pudieron estudiar de manera contundente en la tribu Maabans en el Sudán. Los habitantes, con considerable permanencia en el país y abundante magnesio en la alimentación, no evidenciaban enfermedades cardíacas ni vasculares ni tampoco pérdida de la audición por la edad. Quienes pertenecían a esa tribu y se trasladaron a la ciudad de Kartúm modificando su estilo de vida y hábitos alimenticios, mostraban pérdida de la capacidad auditiva y enfermedades cardíacas y vasculares.

 

Magnesio y cálculos renales

Los científicos de la clínica urológica y policlínica de la Universidad Friedrich-Schiller, Jena, lograron excelentes resultados con el suministro de magnesio en el caso de tendencia a cálculos renales inducidos por el estrés (piedras de oxalato de calcio). El estrés disminuye la concentración de magnesio en la orina, y esto favorece el riesgo de formación de piedras (ya el magnesio está en condiciones de disminuir los valores de concentración de ácido oxálico en la orina). Es decir que el estrés es un factor desencadenante en la formación de cálculos. Se recomienda antes, durante y después de la influencia de factores estresantes, en especial frente a un mayor riesgo de formación de piedras, el aporte de magnesio. Además, se debe suministrar, junto con una dieta, más líquidos y vitamina B6.

 

¿Por qué las gestantes necesitan más magnesio?

La carencia de este mineral podría ser catastrófica para los seres en gestación. En los EE. UU., un científico observó nacimientos muertos y abortos al suministrarles una dieta pobre en magnesio a ratas preñadas. Se ha comprobado que en muchas embarazadas existe una carencia de magnesio en los últimos meses antes del parto. Ya que los experimentos con animales no se pueden efectuar sin riesgo en seres humanos, hay que suponer por lógica que esta carencia también podría ser peligrosa para las embarazadas.

 

Debería controlarse a las embarazadas la concentración de magnesio en suero, puesto que hay disfunciones que se producen durante el embarazo por falta de magnesio, como calambres en las pantorrillas y plantas de los pies, vómitos, náuseas y alteraciones nerviosas generalizadas. La musculatura uterina es especialmente sensible a esta carencia. Pueden producirse espasmos que conduzcan a partos prematuros.

 

 

¿Por qué los niños nerviosos necesitan más magnesio?

Se ha aplicado con éxito la medicación con magnesio a niños con trastornos nerviosos, por un período de 1-7 meses (180 mg por día). Nerviosismo general, gesticulación y espasmos, fácil irritabilidad y falta de autocontrol mejoraron notablemente mediante este tratamiento.

 

La carencia de magnesio está relacionada con las enfermedades coronarias

En los últimos años se discute la influencia de la falta de magnesio sobre determinadas enfermedades cardíacas y vasculares. Seyle, el conocido investigador canadiense del estrés ha informado que en experimentos efectuados con ratas se han evitado infartos mediante la administración de magnesio y potasio.

Si se observan los casos de muertes por enfermedades cardíacas en los países más disímiles, el índice mayor pertenece a Finlandia y Australia. La población de esos países recibe poco magnesio en su alimentación. Entre la población japonesa, cuya alimentación es relativamente rica en magnesio, se comprobó un índice de infartos cardíacos mucho menor que en otros países igualmente industrializados.

 

 

El magnesio aumenta las defensas y el rendimiento

El magnesio aumenta las defensas frente a disfunciones vegetativas. Las personas que sufren este tipo de trastornos, en general están constantemente nerviosas, débiles, agotadas y sin ganas de trabajar. Con agregados en la alimentación se pueden eliminar estas molestias. La investigadora Dra. Wilma Kuti, de Pomaz, Hungría, informó que los estudiantes que antes de un examen sufrían de trastornos circulatorios, insomnio, cefaleas y transpiración y recibieron suplementos de magnesio, se sintieron notablemente mejor que aquellos que no lo recibieron, y además, se logró un mayor rendimiento mental. Entre los trabajadores húngaros se logró disminuir la frecuencia de las enfermedades después de suministrarles magnesio durante seis semanas (1 g diario, y en las siguientes ocho semanas ½ g diario). Este grupo de personas aumentó además su resistencia.

 

Los nadadores y corredores de distancia que recibieron magnesio adicional se sintieron mejor dispuestos a los esfuerzos en competencias. Mostraron claramente mayor rendimiento que otros deportistas con el mismo entrenamiento, pero sin aporte adicional de magnesio. El aporte de este mineral a los deportistas se vuelve crítico si éstos se alimentan sobre todo con albúminas e ingieren muy pocos vegetales.

 

¿Es dañino el exceso de magnesio?

Muy raramente la falta o exceso de magnesio (hipermagnesemia) en suero se presenta en forma aislada, sino que por lo general aparecen combinados con otros trastornos electrolíticos. Los valores altos de magnesio en suero se constatan sobre todo en casos de debilidad renal e hipertiroidismo. Las disfunciones son similares a las de intoxicación con potasio: alteraciones en la reacción a estímulos, cansancio muscular, obnubilación, somnolencia enfermiza. Otros síntomas de exceso de concentración en suero son: enrojecimiento cutáneo, disminución de la presión sanguínea, trastornos respiratorios, náuseas, aumento de los reflejos, etc.

 

No se debe temer sobredosis de magnesio entre las personas sanas debido a su lenta absorción y a la eliminación de los excedentes en la orina y materias fecales.

 

 

ZINC

 

La importancia del zinc en el cuerpo humano

Entre los oligoelementos, el zinc junto con el hierro es el más difundido en el organismo. En el ser humano la cantidad total es de 2-4 g: 1-2% de esta cantidad corresponde a la sangre y en su mayor parte, está contenida en los glóbulos rojos. 

 

Los huesos también contienen zinc, además de algunos tejidos oculares y las células del páncreas. El zinc es componente de la insulina y de diversas enzimas, ya que activa gran cantidad de ellas. Además, juega un papel importante en la visión crepuscular y en los procesos fotoquímicos. Asimismo, es esencial para el almacenaje de insulina en el páncreas.

 

El aporte diario deseado de zinc se cubre con 10 a 15 mg. Abunda en los gérmenes de centeno y trigo, salvado de trigo, dátiles, copos de avena y queso. El contenido de zinc en los productos lácteos, frutas secas y verduras es menor, pero no por ello carente de importancia para cubrir el requerimiento diario. A pesar de ello no siempre se cubre la necesidad diaria. Los estudios en hospitales norteamericanos dieron como resultado que el contenido de zinc en la alimentación a menudo solo cubría el 50% de la necesidad en nuestro organismo. Déficits similares pueden observarse en sanatorios y casas de convalecencia.

 

¿Por qué disminuyen los valores de zinc en la sangre?

Los valores de zinc disminuyen en la sangre especialmente en casos de alcoholismo, eliminación albumínica a través de los riñones, diabetes, diarreas prolongadas, inflamación hepática y determinados tipos de cáncer. Podemos encontrar valores aumentados en la sangre en caso de arteriosclerosis, asma bronquial, enfermedades articulares, infecciones, próstata agrandada, formación de cálculos renales e inflamaciones articulares reumáticas.

 

L. M. Klevay (EE. UU.) descubrió que una proporción zinc-cobre de 5:1 (la que presenta la leche materna) provee el nivel normal de colesterol en la sangre. Si la proporción de zinc-cobre aumenta a 10:1, aumentan los valores de colesterol y se favorece la formación de arteriosclerosis. Este ejemplo muestra que solo la acción conjunta de los oligoelementos en el organismo provee la proporción saludable.

 

Síntomas de carencia de zinc

Los síntomas carenciales de zinc pudieron ser provocados artificialmente en ratas con una alimentación pobre en este elemento. El crecimiento se interrumpió, se produjo adelgazamiento, caída del pelo y esterilidad.

 

H. J. Holtmeier y M. Jun han llamado la atención sobre la “carencia de zinc y magnesio”. Se produciría carencia porque una ingestión excesiva de grasas disminuiría la absorción de estos minerales en el intestino.

 

Se sabe que el zinc toma parte en la formación de los tegumentos de la epidermis, por lo que en las personas con carencia de este oligoelemento se puede observar mala cicatrización.

 

¿El zinc estimula la inteligencia?

El Prof. Ardon Gordus, de la Universidad de Michigan, hizo un interesante descubrimiento: al estudiar los cabellos incinerados de sus alumnos, encontró que el contenido de cobre y zinc variaba. Comparó los valores y determinó que aquellos estudiantes más aplicados contenían mayor cantidad de cobre y zinc en los cabellos. En cambio, los alumnos menos aplicados no habían sido bendecidos con semejante contenido.

 

Nos podemos imaginar qué posibilidades insospechadas se presentarían si el zinc pudiera aumentar la inteligencia. Se le podría administrar a niños con problemas de aprendizaje, a estudiantes y colegiales de inteligencia lenta. 

 

Estudios futuros en esta área explicarán con seguridad en un futuro cercano, si un determinado aporte mineral puede aumentar la inteligencia. Debería ser posible, cuando en pruebas con ratas esta relación ya fue confirmada. De todos modos, es seguro que el cerebro necesita muchos minerales.

 

El zinc contra enfermedades mentales

El Prof. Pfeiffer les administra a los esquizofrénicos, que eliminan zinc en exceso, un preparado que contiene zinc, manganeso, magnesio y vitamina B6 (100 mg diarios). En una prueba se comprobó que ya se ha ayudado a más de 100 pacientes con efectividad empleando estos suplementos. Además de desaparecer los síntomas de la enfermedad psíquica, mejoraron también el color de la cara, el mal aliento, la constipación crónica, el dolor del bazo y las náuseas.

 

La importancia del zinc para los niños en crecimiento

Cuando los niños no quieren comer y no crecen, el origen puede ser eventualmente una carencia de zinc. Los pediatras Walravens y Hambbidge de la Universidad de Colorado, en Denver, llevaron a cabo un interesante ensayo doble ciego con zinc; 34 niños recibieron desde la primera semana de vida un alimento para lactantes enriquecido con zinc, mientras que otro grupo igual recibió hierro en lugar de zinc, como control. Después de seis meses, los lactantes a cuyo alimento se le agregó zinc eran más grandes y pesaban más. Muchos fabricantes de alimentos para bebés en los EE. UU. comenzaron, a partir de este estudio, a enriquecer sus preparados con zinc. 

 

El zinc como cicatrizante

La acción favorable del zinc sobre la cicatrización es explicada por el investigador J. C. Smith en la revista Science: “La vitamina A, conocido factor que interviene en la cicatrización se aprovecha en su totalidad solo en presencia del zinc en el organismo. En experiencias con animales se comprobó que, ante carencia de zinc, el nivel de vitamina A en la sangre se reducía. Los valores de vitamina A solo se incrementan si se administra zinc junto con ella”. Smith y sus colaboradores pudieron demostrar que el zinc estimula la evacuación de la vitamina A del hígado. En caso de carencia de zinc, por lo tanto, se almacena en este órgano la vitamina A en exceso, lo cual puede ser perjudicial.

 

Unos investigadores de Cleveland, Ohio, trataron con zinc úlceras gástricas que se habían producido como consecuencia de un tratamiento con cortisona. Los médicos recetaron una ingestión diaria de más de 600 mg de sulfato de zinc. Las sales de zinc se emplean hoy en día sobre todo en oftalmología, enfermedades de la piel y del aparato urinario. En las farmacias también se pueden conseguir pomadas cicatrizantes que contienen zinc.

 

El zinc contra el resfrío

En una publicación de la renombrada revista Scientist (62,222,1974) se informó que los científicos de la Du Pont en Dalaware (EE. UU.) obtuvieron buenos resultados al tratar resfríos con cloruro de zinc. Los investigadores lograron la desactivación de la mayoría de los virus del resfrío atomizando pequeñas dosis de cloruro de zinc. Hasta ahora no se observaron daños celulares.

 

El zinc solamente es dañino en altas concentraciones

En altas concentraciones, el zinc también es tóxico. En ratas se comprobaron retrasos en el crecimiento, anemia, disminución de cobre y hierro en el hígado, así como depósitos de zinc en este órgano. El zinc no disminuye en ningún caso la absorción de hierro y cobre, sino que provoca una mayor eliminación de éstos. Si a las ratas se les suministra en forma simultánea proteína de soja, se reduce la toxicidad como consecuencia de la fijación del zinc en las albúminas.

 

Se han comprobado también intoxicaciones en los seres humanos. Náuseas, vómitos, diarreas y dolores de vientre aparecían sobre todo cuando se ingería ensalada de papas preparadas en fuentes de zinc, y limonada proveniente de jarros de hierro galvanizado, o frutas en conserva que provinieran de latas de zinc. E. Lindner señala que por los ácidos que contienen estos preparados o bebidas se forman sales de zinc fácilmente solubles que irritan el tracto gastrointestinal. Grandes cantidades de zinc incluso producen una precipitación albumínica en las células de la mucosa intestinal.

 

175-550 mg de zinc, es decir, cantidades bastante superiores a las que se ingieren a diario con los alimentos, llevan a vómitos. Otros síntomas de intoxicación pueden ser dolores de cabeza y sensaciones de ahogo. Por lo tanto, los alimentos no deben ser guardados ni preparados bajo ningún concepto en envases de zinc.

 

 

¡Esperamos que esta información te haya sido útil!

 

 

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Fuente bibliográfica:

“Los minerales y su salud” – Heinz Scholz

 

06/04/2022

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