UN AVENTURERO CONSUMIÓ POR 1 AÑO LA COMIDA QUE EL MISMO SEMBRÓ

 

Rob Greenfield, es un aventurero, activista y humanitario que ha ejecutado muchos proyectos con el objeto de generar conciencia sobre el daño ambiental que el ser humano ocasiona y la necesidad de crear un sistema sostenible que no genere más daño al medio ambiente, y así, poder crear un mundo más sustentable y justo.

En uno de sus últimos proyectos, el aventurero, tras haber tomado conciencia de que con los alimentos procesados estaba consumiendo al planeta que él amaba, decidió renunciar durante un año, al sistema de comida procesada industrialmente, para sumergirse en una alimentación natural en donde los alimentos serían 100% sembrados y cosechados por él mismo, y que sirviera a su vez, de inspiración a otros a realizar cambios positivos que contribuyeran a generar conciencia sobre una alimentación sana y sustentable.

A través de un intercambio de espacio en la casa de una señora en Orlando Florida, Rob construyó una pequeña casita en el patio trasero, y a cambio de ello, convirtió su patio delantero en un huerto en el que cultivó más de 100 alimentos diferentes de los cuales ambos se beneficiaban y les proporcionaban cada comida del día.

Algunos de los alimentos que logró cultivar fueron frutas como papayas y plátanos, verduras como batatas, calabazas, zanahorias, frijoles, remolachas, hierbas y pimientos para sazonar las comidas y hasta un criadero de abejas que le proporcionaban su propia miel. También cultivó plantas medicinales como la cúrcuma, el jengibre, las bayas de saúco y hongos reishi; y como multivitamínico, cultivó moringa seca y en polvo conocida como árbol de vitaminas.

La mitad de la comida provenía de su propio huerto, y la otra mitad provenía del forrajeo, que le permitió encontrar más de 200 alimentos de la propia naturaleza, como obtener la sal marina del océano, recolectar cocos que le servían de fuente de grasa, cosechar frutas de los árboles y hongos del bosque e incluso maleza nutritiva de los patios de las casas.

Al finalizar el proyecto de un año con una alimentación 100% sustentable, seguía con el mismo peso con el que empezó el proyecto, y sin haberse enfermado ni una sola vez; demostrando así, que sí es posible alimentarse de una manera deliciosa y saludable con alimentos proporcionados por uno mismo.

Su misión, consistió no solo en demostrar que era posible una alimentación sustentable y saludable, sino servir de ejemplo y empoderar a los demás para que cultivaran sus propios alimentos y tuvieran una vida más saludable sin maltratar al planeta. Sirvió de ejemplo y ayuda a su comunidad, creando el programa llamado Gardens for the People, a través del cual construyó huertos en los patios de 15 personas, plantó más de 200 árboles frutales, impartió clases gratuitas de jardinerías en su comunidad y envió más de 5.000 paquetes de semillas para ayudar a las personas a iniciar sus propios huertos.

Realmente, un hombre que ha demostrado que sí es posible salirse del sistema alimentario industrializado; que sí es posible alimentarse de una manera saludable sin gastar dinero y que, de paso, ha aportado a la sociedad, herramientas de valor que contribuyen a la salud individual y al medio ambiente, por lo que merece un aplauso e invitamos a seguir su historia a través de su red social de Instagram @robjgreenfield, en donde podemos encontrar una importante reflexión que nos invita a preguntarnos sobre qué estamos aportando a este mundo: “¿Estás viviendo para inspirar cambios positivos?”.

 

Fuentes de información:

elhorticultor.org

20/09/2020

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