¿QUÉ PASARÍA SI SE EXTINGUEN LAS ABEJAS?

 

 

Efectivamente, tenía razón, las abejas y los insectos son sumamente importantes para la vida del ser humano, de los animales y de las plantas, sin ellas no habría polinización y como consecuencia desaparecerían las frutas, verduras, cereales y demás vegetales que alimentan y nutren tanto a personas como a los animales.

 

Según datos de la FAO (Organización para la Agricultura y la Alimentación de las Naciones Unidas) hay 100 especies de cultivos que proporcionan el 90% de los alimentos en todo el mundo, y 71 de ellos se polinizan con las abejas. Solo en Europa, el 84% de las 264 especies de cultivo y 4000 variedades vegetales existen gracias a la polinización por abejas. En 2012, la población de abejas en Estados Unidos se redujo en un 60%, muy por encima del 5% o 10% habitual después de la temporada invernal, lo que ha llevado a expertos a calificar el 2012 como el peor año de la historia en apicultura.

 

 

De las 100 especies de cultivos que abastecen el 90% de los alimentos del mundo, las abejas polinizan más del 70% de ellos. Además, polinizan más de 25.000 especies de plantas con flores. Sin estos insectos la actividad agrícola prácticamente desaparecería.

 

 

LA POBLACIÓN DE LAS ABEJAS Y OTROS INSECTOS SE ENCUENTRA EN CRISIS

Los científicos ya lo sabían aunque sin precisar la gravedad de la situación, sin embargo un nuevo estudio determina que el problema se está profundizando más de lo que se creía.

 

Se viene perdiendo un gran número de insectos y, como consecuencia, también los animales que se alimentan de estos insectos.

 

Hace cuarenta años, había 60 veces más insectos en los bosques. Las especies de aves y lagartijas que se alimentan de insectos también se han visto afectadas y su población ha disminuido entre la tercera y la mitad de éstos durante el mismo período.

 

En 2014, un equipo internacional de biólogos estimó que, en los últimos 35 años, la abundancia de invertebrados como los escarabajos y las abejas había disminuido en un 45%.

 

En Europa, el número de insectos está cayendo en picada. Un estudio realizado en 2017 mostró una disminución del 76% de los insectos voladores en las últimas décadas en las reservas naturales de Alemania. El último informe, publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, muestra que esta sorprendente pérdida de abundancia de insectos se ha extendido también a América. La razón principal parece ser, entre otras, el cambio climático.

 

 

CAUSAS

Pesticidas. Un ejemplo del daño que sufren las abejas sucedió en Oregón, donde murieron 50.000 abejas a causa de los efectos de un pesticida. La Comisión para el Control de la Seguridad Alimentaria de la Unión Europea (EFSA) confirmó que la causa de la muerte en masa de las abejas en Europa es concretamente el uso de un tipo particular de una familia de insecticidas llamados neonicotinoides, que actúan interfiriendo en los circuitos de aprendizaje del cerebro de los insectos. Los vuelve más lentos para aprender u olvidan las asociaciones básicas para su supervivencia, como relacionar el aroma floral y la comida. De esta manera, las abejas mueren porque no son capaces de alimentarse.

 

Ante esta situación la Unión Europea ha tomado medidas y desde el 2013 vetó el uso de 3 pesticidas de esta familia.

 

Ácaros. El equipo de Christopher Connolly, (Univ. Dundee, GB), investigó el impacto de dos insecticidas (los neonicotinoides y coumaphos) utilizados en las colmenas para matar el ácaro Varroa, que es un parásito externo de la abeja que se alimenta de su sangre. La cría de abeja, por la parasitación del acaro, morirá o nacerá con malformaciones que le impedirán atender las tareas de la colonia. Sin embargo el resultado de los pesticidas en los ácaros, solo dura 3 o 4 años, ya que los mismos se hacen inmunes.

 

Cambio climático y contaminación. La contaminación del aire reduce la potencia de los mensajes químicos que emiten las flores a las abejas y a otros insectos, por lo que se les hace más difícil localizarlas. Además el cambio climático altera la floración y la cantidad de plantas sobre todo en las épocas extensas de lluvias, mermando la cantidad y calidad del néctar.

 

Otras teorías. Por otro lado, ante este crítico escenario, científicos de todo el mundo han elaborado numerosas teorías para para explicar la disminución de la población de abejas, pero parece que un estudio reciente tiene la respuesta definitiva.

 

Para llevarlo a cabo, el investigador del Jardín Botánico de Chicago, Paul CaraDonna, creó un experimento. Los sujetos experimentales fueron las abejas de la especie Osmia ribifloris que, a diferencia de las abejas normales, son solitarias.

 

En su hábitat natural, estas abejas abren unos agujeros en troncos de árboles o encuentran cobijo entre las rocas. Así que los científicos tallaron en varias barras de madera unas “casitas” para estas abejas. Puesto que la teoría principal de los autores del estudio considera que las abejas se están extinguiendo debido a un aumento de la temperatura ambiental, los investigadores manipularon únicamente esta variable.

 

Para ello pintaron algunas casitas de color negro para que dentro de ellas se generase la temperatura que se prevé común para los años 2040-2099. Mientras tanto, para imitar las temperaturas que había en los años 50 del siglo XX, las casitas fueron pintadas de blanco. A lo largo de dos años, los científicos evaluaron el estado de las abejas y llegaron a la conclusión de que una elevada temperatura tenía efectos perniciosos sobre ellas.

 

Las abejas que habitaban en las casitas negras tuvieron un índice de mortalidad superior entre un 30% y un 75%. Al mismo tiempo, apenas hubo mortalidad entre las abejas que vivían en las casetas más frías.

 

Fueron muchos los efectos negativos que sufrieron las abejas como consecuencia de estar sometidas a una elevada temperatura. Por ejemplo, tuvieron mayores dificultades para encontrar pareja. Además, acumularon menos reservas de grasa y una menor masa corporal. Debido a ello, sus habilidades físicas se vieron reducidas, afectando así a su supervivencia.

 

Los autores del estudio concluyeron que “Los efectos del incremento de la temperatura en un ambiente ya templado pueden ser especialmente drásticos, porque los organismo de las abejas parecen estar cerca de sus límites de seguridad térmica”.

 

La tolerancia de las abejas al calor adicional es limitada y, si las previsiones sobre el aumento de temperatura ambiental se cumplen, estos insectos podrían extinguirse.

 

 

¿QUÉ PASARÍA SI DESAPARECEN LAS ABEJAS?

Como ya se ha mencionado, la desaparición de las abejas provocaría una auténtica crisis alimentaria. Recordemos que cerca de un 84% de los cultivos para la alimentación dependen de la polinización que ellas realizan.

 

 

¿QUÉ MEDIDAS SE ESTÁN TOMANDO?

Bruselas ya ha actuado con el veto a los 3 pesticidas. Hay que esperar conocer nuevos datos tras su aplicación en la práctica. En cuanto a la eliminación del ácaro, en EEUU han inventado un sistema eléctrico denominado Mitezapper, o atrapa-ácaros, un cuadro eléctrico que irradia calor y es eficaz en un 85%. La Universidad de Pensilvania lo combate con ácido fórmico, y otros apicultores lo han comprobado mediante azúcar en polvo. La Universidad del Mar del Plata (Argentina), ha ensayado con aceite esencial de toronja, con resultados positivos.

 

 

CONCLUSIÓN

Finalmente, el problema más grave originado por el cambio climático, pareciera ser de que a pesar de todas las advertencias científicas y acuerdos internacionales no tiene una solución estructural hasta la fecha, se persiste (sobre todo en los países más industrializados y que contribuyen con mayor proporción a la ocurrencia de este fenómeno) en el mal uso de los recursos ambientales y de la tecnología.

 

Los gobiernos, representados por sus líderes, de todo el mundo y cada persona de manera individual, deben tomar acciones concretas, coherentes, oportunas y eficaces, sin dilaciones ni excusas, dando muestras evidentes de su profundo compromiso por respetar la vida, porque de lo contrario, las consecuencias de semejante irresponsabilidad serán catastróficas.

 

 

Fuentes: sostenibilidad.com/medio-ambiente

mundo.sputniknews.com

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