LOS SUELOS SANOS PRODUCEN ALIMENTOS SALUDABLES

 

Según información de la FAO, los suelos sanos son el fundamento del sistema alimentario. Nuestros suelos son la base de la agricultura y el medio en el que crecen casi todas las plantas destinadas a la producción de alimentos. Los suelos sanos producen cultivos sanos que alimentan a las personas y a los animales. De hecho, la calidad de los suelos está directamente relacionada con la calidad y la cantidad de alimentos.

 

Los suelos proporcionan los nutrientes esenciales, el agua, el oxígeno y el sostén para las raíces que nuestras plantas destinadas a la producción de alimentos necesitan para crecer y florecer. Además, cumplen una función de amortiguación al proteger las delicadas raíces de las plantas, de las fluctuaciones de temperatura.

 

¡Te invitamos a leer esta interesante nota sobre muchas cosas que quizás no sabes aún sobre la importancia de los suelos!

 

 

Un suelo sano es un suelo vivo

Un suelo sano es un ecosistema vivo y dinámico, lleno de organismos microscópicos y de mayor tamaño que cumplen muchas funciones vitales, entre ellas transformar la materia inerte y en descomposición, así como los minerales, en nutrientes para las plantas (ciclo de los elementos nutritivos); controlar las enfermedades de las plantas, los insectos y malas hierbas; mejorar la estructura de los suelos con efectos positivos para la capacidad de retención de agua y nutrientes de los suelos y, por último, mejorar la producción de cultivos. Además, los suelos sanos contribuyen a mitigar el cambio climático al mantener o aumentar su contenido de carbono.

 

¿Por qué la materia orgánica de los suelos es tan importante?

La materia orgánica de los suelos –el producto de descomposición biológica in situ– afecta a las propiedades químicas y físicas y a la salud general de los suelos. Su composición y tasa de degradación afecta a la estructura y porosidad de los suelos, la tasa de infiltración de agua y la capacidad de retención de humedad de estos, la diversidad y actividad biológica de los organismos terrícolas, y la disponibilidad de nutrientes de las plantas.

El intercambio de nutrientes entre materia orgánica, agua y suelos es esencial para la fertilidad de estos últimos y ha de mantenerse con miras a una producción sostenible. Cuando se explotan los suelos sin restablecer la materia orgánica y el contenido de nutrientes, el ciclo de elementos nutritivos se rompe, la fertilidad del suelo disminuye y el equilibrio del agroecosistema se destruye.

 

Los suelos son aliados decisivos de la seguridad alimentaria y la nutrición

La disponibilidad de alimentos depende de los suelos: no se pueden producir alimentos y piensos nutritivos y de buena calidad si nuestros suelos no son suelos sanos y vivos. Durante los últimos 50 años, los avances en materia de tecnología agrícola y el aumento de la demanda provocado por el crecimiento de la población han ejercido una creciente presión sobre los suelos. En muchos países, la producción agrícola intensiva ha ocasionado un agotamiento de los suelos que ha puesto en peligro la capacidad productiva de los mismos y la posibilidad de satisfacer las necesidades de las generaciones futuras. 

 

El mantenimiento de suelos sanos beneficia la sostenibilidad de la tierra

Con una población mundial que según las previsiones superará los 9000 millones de habitantes en 2050, y el agravante de la competencia por la tierra y el agua y el impacto del cambio climático, nuestra seguridad alimentaria actual y futura dependen de nuestra capacidad de aumentar los rendimientos y la calidad de los alimentos utilizando los suelos ya dedicados a la producción actualmente.

 

Los sistemas de gestión holística de la producción, que promueven y refuerzan la salud de los agroecosistemas social, ecológica y económicamente sostenibles, son necesarios para proteger nuestros suelos y mantener elevadas sus capacidades productivas.

 

Los agricultores desempeñan un papel primordial a este respecto. Numerosos y diversos enfoques agrícolas promueven la gestión sostenible de los suelos con la finalidad de mejorar la productividad, por ejemplo, la agroecología, la agricultura de conservación, la agricultura orgánica, el cultivo sin labranza y la agroforestería.

 

Actualmente, la cantidad de suelo fértil está disminuyendo drásticamente: estudios muestran que alrededor de un tercio de éstos se están degradando de forma moderada o grave. Al menos el 16 % de las tierras de África se han visto afectadas por la degradación del suelo y, a nivel mundial, 50.000 km2 de suelos se van perdiendo cada año, según la Alianza Mundial por el Suelo.

 

Esta realidad va a dificultar que en un futuro se garantice la seguridad alimentaria de todos/as ya que los suelos son la base de la producción de alimentos. Por ello, la FAO señala cinco razones por las que deberíamos cuidar este recurso natural que hasta ahora no ha sido lo suficientemente valorado:

 

  1. El suelo alimenta: está compuesto de minerales, agua, aire y materia orgánica. Proporciona el ciclo de nutrientes primarios para la vida vegetal y animal y actúa como una base para la alimentación, combustibles, fibras y productos médicos.
  2. El suelo es un recurso finito: no es un recurso renovable, dentro del ciclo de una vida humana. Un centímetro de suelo puede tardar cientos de miles de años en formarse, pero puede desaparecer por la erosión en un período de un año. Las malas prácticas agrícolas agotan los nutrientes del suelo, lo que supone su degradación.
  3. El suelo puede mitigar el cambio climático: es la mayor reserva de carbono orgánico terrestre (más del doble de la cantidad almacenada en la vegetación). El suelo mitiga el cambio climático a través de la retención de carbono y la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.
  4. El suelo es un ser vivo: alberga la cuarta parte de la diversidad biológica del planeta. Miles de millones de microorganismos, hongos, insectos, gusanos y pequeños animales habitan en él.
  5. Invertir en la gestión sostenible de los suelos tiene sentido económico y ambiental: gestionar de manera sostenible el suelo cuesta menos que la rehabilitación o la restauración de sus funciones.

 

Ronald Vargas, oficial de Gestión de Tierra y Suelos en la FAO, ha declarado que “De acuerdo con los principios establecidos en la Carta Mundial de los Suelos y respaldados por la FAO, la buena gobernanza del suelo requiere acciones en todos los niveles, de los gobiernos a las personas”.

 

Finalmente, una mejor comprensión de las relaciones entre el período útil de los suelos y la función de los ecosistemas y el impacto de las intervenciones humanas permitirán reducir los efectos negativos y aprovechar de manera más eficaz los beneficios de la actividad biológica de los suelos con miras a una agricultura más sostenible y productiva.

 

Proyectos de la FAO

Varios proyectos de la FAO en materia de gestión sostenible de la tierra y conservación de los suelos se encuentran en marcha en todo el mundo; entre ellos, los proyectos de promoción de la agricultura de conservación en Lesoto, de fortalecimiento de capacidad para la agricultura orgánica en Palau, y de plantación de chopos para la seguridad alimentaria en China.

 

¡Esperamos que esta información te haya sido útil!

 

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Fuente de información

fao.org

thefoodtech.com

derechoalimentación.org

 

27/04/2022

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