PROBLEMAS DE FERTILIDAD

 

La incapacidad de concebir un hijo es motivo de angustia para muchas parejas e incluso a veces se convierte en causa de distanciamiento o separación. Los sentimientos de fracaso y culpa, y la disminución de la calidad de vida acompañan a esta situación.

 

Existen muchas razones por las cuales una pareja es incapaz de concebir un hijo y una de las más importantes es la falta de acoplamiento entre los ciclos vitales masculino y femenino. Este acoplamiento que es vital para que se produzca la unión entre el esperma y el óvulo, exige que el esperma esté en su proximidad en el momento preciso, pasado el cual la fertilización no puede tener lugar. Es posible que la pareja tenga óvulos y espermas fértiles, y que aun así el embarazo sea prácticamente imposible.

 

Las parejas sin problemas de fertilidad tienen tan solo una cuarta parte de posibilidades de conseguir un embarazo durante el primer mes de hacer el amor sin métodos anticonceptivos, incluso aunque el coito se realice los días de máxima fertilidad. Estas mismas parejas tan solo tienen un 85% de posibilidades de embarazo después de un año de hacer el amor sin ninguna tipo de precaución. El embarazo, a pesar de ser la consecuencia natural de la unión física de una pareja, no es siempre tan fácil de conseguir cuando se desea.

 

En un estudio realizado en el Centro de Control de Enfermedades de Atlanta sobre un grupo de 1.800 parejas que padecían de infertilidad (se consideraban no fértiles por el hecho de no haber concebido a pesar de estar un año sin ninguna protección durante el coito), se vio que el 84% de estas parejas podían concebir de forma muy esporádica y que algunas de ellas lo consiguieron solo tras diez años de relación. Aun así hay parejas que necesitan incluso más tiempo para lograr un embarazo y unas cuantas no lo consiguen jamás. Los factores que influyen son numerosos; si bien  hay que tener en cuenta la frecuencia del coito, la edad y la salud general de ambos, algunos expertos sugieren que una pareja debería hacer el amor entre tres y seis veces por semana para conseguir una concepción en caso de problemas. Las parejas de mayor edad no son tan sexualmente activas como las más jóvenes; esto, unido a su menor salud, hace que tengan más dificultades para concebir un hijo. Otros factores como el estrés, la contaminación ambiental o la dieta insuficiente o desordenada inciden en la fertilidad. A todo ello se añade el proceso del envejecimiento, que en el caso del sistema reproductor  femenino empieza ya a los treinta años. Por todo ello, muchos expertos sugieren que las parejas que superan esta edad deberían buscar ayuda si no consiguen el embarazo después de seis meses de intentarlo sin ningún tipo de control anticonceptivo.

 

Aunque los hombres están sometidos a los mismos procesos de inhibición de la fertilidad que las mujeres, hay que reconocer que el sistema reproductor femenino es mucho más delicado y está más sometido al reloj biológico. A diferencia de los varones, cuyo esperma se segrega de forma constante, las mujeres producen óvulos fértiles de forma cíclica y éstos están presentes en sus ovarios desde el momento del nacimiento. Existen numerosas evidencias científicas que nos indican que la disminución de la vitalidad del organismo es directamente responsable de la infertilidad de estos óvulos.

 

Otros cambios en el sistema reproductor femenino afectan directamente a la fertilidad. Uno de ellos es el nivel de estrógenos circulantes. Los estrógenos son la hormona femenina por excelencia, aunque no la única. Los niveles de esta hormona, necesaria para favorecer la menstruación y mantener el embarazo, empiezan a disminuir ya a los treinta y cinco años. Las mujeres mayores tienen menos moco vaginal, que es necesario para ayudar al esperma a ascender hacia el óvulo; la menor mucosidad en la mujer significa menor capacidad para el embarazo.

 

Con el avance de los métodos diagnósticos, se ha observado también que los casos de infertilidad masculina son mucho más numerosos de lo que en principio se creía.

 

SIGNOS DE FERTILIDAD

El ciclo menstrual de la mujer determina el momento de la concepción. Mientras que el hombre puede ser fértil cualquier día del mes o del año, una mujer con buena fertilidad tan solo puede concebir una tercera parte de los días del ciclo. El óvulo a partir del momento en que emigra de los ovarios, vive aisladamente solo entre doce y veinticuatro horas. El esperma puede vivir hasta cinco días si está protegido por el moco fértil de la mujer, de manera que puede entrar en la vagina durante el período no fértil y provocar el embarazo unos cuantos días después. Sin embargo, por lo general esto no es así, puesto que le moco infértil reduce la vitalidad del esperma de manera que éste suele morir al cabo de tan solo cuatro horas.

 

Para lograr el embarazo hay que atender a los signos de fertilidad que se utilizan en el control de la natalidad. Para favorecer el embarazo debemos llevar un control de los cambios en la temperatura basal, el moco cervical, y la posición tacto del cuello del útero.

 

Algunos métodos de fertilidad se han demostrado poco efectivos.  Uno de ellos es el llamado “método del ritmo” que, desarrollado en la década de 1930 para calcular la fertilidad, presupone que los ciclos de la mujer son regulares en todo momento, lo cual es falso, ya que pueden variar cada mes. La lógica errónea del método del ritmo ha hecho que la reputación de los métodos de alerta de los signos de la fertilidad haya caído en un cierto descrédito. No obstante, algunos sistemas de alerta de los signos de fertilidad nos pueden ayudar a saber cuál es el momento ideal para la concepción. Los principales son los siguientes:

 

Control de la temperatura basal. Este es posiblemente el signo de fertilidad más familiar que nos ayuda a identificar el momento de la ovulación e incluso del embarazo. Cuando la hormona progesterona aumenta después de la ovulación, la temperatura de la mujer se eleva unas décimas. Esta temperatura permanece elevada hasta que aparece la menstruación, momento en que disminuye. Si la mujer está embarazada, su temperatura basal permanecerá elevada como mínimo durante diecisiete días.

 

El uso exclusivo de la temperatura basal en el control de la fertilidad tiene numerosos problemas: la enfermedad, las alteraciones del sueño, tomarla inconstantemente o a diferentes horas, beber alcohol o cenar abundantemente a últimas horas de la noche, pueden alterar los resultados. Es muy importante tomar la temperatura inmediatamente después de levantarse de la cama.

 

Consistencia del moco cervical. El moco cervical de la mujer es necesario para la fertilización y, sin duda, es el signo de fertilidad de mayor importancia desde un punto de vista médico; el inconveniente que tiene es que su observación es algo más complicada. Cuando el moco es pastoso o seco, el esperma es incapaz de sobrevivir el tiempo suficiente como para alcanzar y fertilizar el óvulo porque el carácter naturalmente  ácido de la vagina mata los espermatozoides (y además protege la vagina de las infecciones); la consistencia seca del moco no fértil también bloquea físicamente el esperma en su trayecto hacia el óvulo situado más arriba. Cuando el moco cervical es más húmedo y pegajoso, es fértil y nutre y protege al esperma para que pueda vivir hasta cinco días. e hecho, el moco fértil provee literalmente de canales al esperma que lo guían hacia el útero y las trompas de Falopio. Si se hace el amor antes de la ovulación, el esperma puede esconderse en las pequeñas criptas que existen junto al cuello del útero y, protegido por el moco fértil, sobrevivir hasta que la ovulación suceda. El olor dulzón del moco fértil indica que contiene glucosa, que alimenta al esperma hasta su fertilización.

 

Posición del cuello del útero. La posición del cuello del útero en relación con la vagina también es un signo de fertilidad. Durante el período infértil, el cuello se sitúa más alto que la vagina, su abertura es estrecha y cuando se toca tiene la consistencia dura. Conforme se aproxima la fase fértil, el cuello del útero baja, se vuelve más blando y se abre para facilitar la entrada del esperma.

 

Otros factores. La alerta sobre los signos de fertilidad es una ayuda para las parejas que desean un embarazo. Si la mujer deja de tomar pastillas para quedar embarazada es posible que necesite unos cuantos meses para conseguirlo, porque en estos casos la fertilidad no se consigue de forma inmediata. Conviene tener en cuenta que la fertilidad también varía a través de las estaciones. El número de espermatozoides se incrementa en la primavera (quizás, de allí venga la creencia popular de que “la primavera la sangre altera”). En las mujeres, la calidad del óvulo y de la mucosa uterina es mayor entre octubre y marzo, teniendo un pico en noviembre.  Sin embargo, estos cambios estacionales son mucho más variables que los otros signos y por lo tanto mucho menos fiables.

 

12/07/2021

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