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Debido a que existen factores de riesgo compartidos entre las enfermedades cardiovasculares y la denominada ERC (Enfermedad Renal Crónica, o pérdida lenta de la función de los riñones con el tiempo), y ante los comprobados beneficios del vino para la salud del sistema circulatorio, un equipo de investigadores se ha propuesto comprobar si el vino también puede tener los mismos efectos beneficiosos para el riñón.

 

Esta investigación, llevada a cabo en la Universidad de Colorado, demostró que el consumo moderado de vino se asocia con un menor riesgo de ERC, y que entre las personas que ya sufren de enfermedad renal crónica, el consumo moderado de vino está ligado a un sistema cardiovascular saludable. Los factores de riesgo en la ERC son la hipertensión arterial, la diabetes, el tabaquismo, la obesidad y el colesterol alto, “los mismos que en la enfermedad cardiovascular”, explica el Dr. Tapan Mehta, autor del estudio, en una entrevista para la Fundación Nacional del Riñón de Estados Unidos. “Al parecer, nadie se había fijado en esto antes”, explica Mehta. “Sin embargo, en la población general, los factores de riesgo comunes eran tan similares, que nos llevó a plantear la hipótesis de que el consumo de vino también podía mejorar la salud en pacientes con enfermedad renal”.

 

Para esta investigación, Mehta y sus colegas analizaron los datos 5.852 estadounidenses, 1.031 de ellos con ERC, obtenidos durante un período de tres años, procedentes del Examen de Salud y Nutrición realizado por el Centro Nacional de Estadísticas de la Salud de Estados Unidos. En comparación con los no bebedores, los sujetos con riñones sanos que bebieron un promedio de 12 cl. de vino al día o menos (una copa), tienen un 37% menos probabilidades de desarrollar enfermedad renal crónica.

 

Además, los sujetos que ya tenían ERC y bebían una copa de vino al día, tienen un 29% menos de probabilidad de desarrollar una enfermedad cardiovascular, en comparación con los abstemios.

 

Pese a las evidencias, es importante recordar que estos estudios poblacionales no demuestran una asociación causal. Por tanto, ante estos datos, “de momento aún no podemos afirmar que el consumo moderado de vino reduce el riesgo de enfermedad renal crónica”, declara Mehta, sin embargo, sí existe un dato comprobado: “existe un riesgo menor de sufrir una enfermedad renal crónica si se bebe una copa de vino al día, en comparación con no beber vino en absoluto” concluye el autor de la investigación. “Hemos generado una hipótesis basada en esta asociación”, dijo Mehta, “y vamos a usar estos resultados para realizar nuevos estudios”.

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