LAS MASCARILLAS NO GENERAN HIPOXIA Y NO RETIENEN GASES.

 

 

La Dra. Louise-Marie Bédard, medico oncóloga, menciona que las personas que se ven obligadas a usar una mascarilla para trabajar, no deben entrar en pánico por la creencia de que pueden sufrir hipoxia (disminución en la cantidad de oxígeno suministrado por la sangre a los órganos), falta de oxígeno, o temor a asfixiarse, y que pueda provocar algún conflicto biológico o DHS.

 

Las mascarillas, por lo menos las quirúrgicas, las autofiltrantes (que forman parte de los equipos de protección especial – EPP), menos las de tela u otro material, NO producen ni hipoxia ni hipercapnia (retención del CO2) porque lo que filtran son PARTÍCULAS, no retienen el aire, el cual puede entrar y salir a través de los materiales de los que están compuestas.

 

El Dr. Emilio Herrera, del Programa de Fisiopatología de la Universidad de Chile y experto en hipoxia, descartó que el uso de mascarillas pudiera derivar en alta de oxígeno. “Es imposible que generen hipoxia. Para eso, tendría que ser una mascarilla sellada en toda nuestra piel. Lo que limitan las mascarillas son el paso de moléculas más grandes”. Agregó que las mascarillas sí permiten el intercambio de aire, y que en el espacio que queda entre el cubrebocas y la cara no se acumula dióxido de carbono.

 

El Dr. Claudio Méndez, docente de Políticas de Salud de la Universidad Austral de Chile, descartó que el uso de mascarillas genere hipoxia mientras el material permita el intercambio de aire. En el caso de los tapabocas que utilizan el personal de salud, el uso del modelo “N95 no suele ser por más de siete horas. En el caso de las mascarillas quirúrgicas, se usan por menos tiempo. Ambas están lejos de generar hipoxia”.

 

Publicar lo contrario es “contraproducente” porque algunas personas que atienden al público por ocho horas, piensan que “se intoxican”, aunque recomienda que no deberían usarlas más de siete horas, pero por un motivo que no se relaciona a la hipoxia: “La vida de una mascarilla no da más de siete horas porque ya ha estado mucho tiempo expuesta al ambiente y pierde su efectividad”. “Hasta el momento, las mascarillas N95 -o las simples- están hechas a prueba de no alterar las funciones fisiológicas de las personas.”

 

La Dra. María Elisa Calle, Epidemióloga, Salubrista, Docente de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid y de la Asociación de mujeres investigadoras y tecnólogas (AMIT) dice “No, el uso de mascarillas no produce hipoxia”. Las mascarillas, según explica, no son bolsas herméticas: entra aire por los laterales y la parte superior y con ese aire entra el oxígeno y se elimina el dióxido de carbono. “Además, los tejidos utilizados dejan pasar el gas y el oxígeno es un gas. Respiramos oxígeno mezclado con nitrógeno y espiramos CO2, que también es un gas. Si fuera cierto, los cirujanos que intervienen durante varias horas, estarían muertos y no solo cansados”.

 

El aire exhalado no se convierte en CO2, es CO2: “Una mascarilla funciona filtrando partículas, no gases. Para eso hacen falta dispositivos o máscaras antigás, no mascarillas”. El Dr. Abrar Chughtai, Eidemiólogo e Investigador de la Universidad de Nueva Gales del Sur, dice que “es muy poco probable” que las mascarillas puedan causar hipoxia y subraya que su uso es seguro tanto para el personal de salud como para la población en general. “No existen estudios sobre mascarillas que respalden lo que hace daño”

 

Algunas investigaciones han tratado de averiguar si efectivamente existe relación entre el uso de mascarillas por parte del personal sanitario y la reducción de oxígeno, pero no se han alcanzado conclusiones que lo demuestren. Un estudio publicado en 2008 en la revista Neurocirugía tenía como objetivo analizar si la saturación de oxígeno de los cirujanos disminuía cuando usaban mascarillas quirúrgicas durante intervenciones de larga duración. Aunque sí que registró una bajada en la saturación tras la primera hora de la operación, no hay evidencias que demuestren que se debía al uso de mascarilla. Los propios investigadores reconocían que no sabían si podría deberse “a la mascarilla o al estrés de la intervención”.

Los cirujanos y todo el personal de las salas de operaciones usan una sola mascarilla durante horas, todos los días, sin problemas. Por ejemplo, durante una cirugía de 12 horas, no hay cambio ni remoción de la mascarilla, lo que demuestra que no se genera hipoxia.

 

Por lo tanto, para que se produzca carencia de oxígeno, la máscara tendría que estar pegada herméticamente a la piel, pero las mismas no están pegadas, por lo que se produce un intercambio de aire, y el dióxido de carbono no se acumula en el espacio entre la máscara facial y la cara.

 

Hay que entender que las máscaras están diseñadas para permitir que haya intercambio gaseoso; es decir, entra el oxígeno y sale el dióxido de carbono. Las máscaras utilizadas por los cirujanos y los profesionales de la salud, generalmente no se usan durante más de siete horas y se cambian si se humedecen.

 

Si alguien tiene algunas enfermedades respiratorias preexistentes como asma y experimenta alguna dificultad, debe hablar con su médico”.

 

Además, es necesario señalar que usar mascarillas en lugares con altas temperaturas y grandes concentraciones de personas sí podría provocar una hipoxia, pero no por la mascarilla, sino porque muchas personas están respirando en un espacio reducido, y ante este escenario, las personas de baja estatura podrían respirar solo dióxido de carbono.

 

Los efectos que genera la hipoxia en el cuerpo humano, puede llevar a desmayos, desorientación, problemas de coordinación, cambiar el ritmo cardíaco y puede afectar severamente la fisiología normal de un ser humano, y eso no está pasando. Usemos las mascarillas sin peligro.

 

 

Dr. Vegan Correo: oscarvilca@hotmail.com

Celular: +51-951 683 337

Compártelo