EL TRASTORNO DISFÓRICO PREMENSTRUAL (TDPM), UN TRASTORNO DEPRESIVO AGUDO

 

Los ciclos menstruales de las mujeres, conllevan una serie de cambios fisiológicos y emocionales que son en su mayoría conocidos o de fácil notoriedad, como por ejemplo dolor de vientre y de senos, así como irritabilidad en el estado de ánimo; sin embargo, es poco conocido que dichos cambios son en sí, unos trastornos que producen fuertes alteraciones en el cuerpo de la mujer así como alteraciones en su estado emocional.

 

El más conocido y común de los cambios premenstruales es el síndrome premenstrual (SPM), que afecta a 3 de cada 10 mujeres y que produce síntomas incluso durante 2 semanas antes de la llegada del periodo mensual. Algunos de los síntomas físicos son la fatiga, problemas para dormir, dolores de cabeza, de articulaciones, de músculos, de senos y de vientre, hinchazón por retención de líquido, estreñimiento o diarrea y trastornos de los hábitos alimenticios; y en cuanto a los síntomas emocionales, pueden estar la ansiedad, la depresión, la irritabilidad, la desesperanza, los cambios de humor, la dificultad de concentración, entre otros.

 

Sin embargo, existe un trastorno premenstrual cuyos síntomas a nivel emocional son más severos que en el síndrome premenstrual (SPM), el cual es conocido con el nombre de Trastorno Disfórico Premenstrual (TDPM), y que se trata de un trastorno depresivo  que afecta aproximadamente entre el 1,2% y 7% de la población femenina en edad reproductiva.

 

Los síntomas físicos del Trastorno Disfórico Premenstrual (TDPM) son prácticamente los mismos que los del Síndrome Premenstrual (SPM), pero en lo que respecta a los síntomas emocionales, son mucho más extremos, afectando fuertemente la parte emocional de la mujer que lo padece, y por ende, impidiéndole llevar la vida con normalidad, pues afecta de manera negativa las relaciones interpersonales. Algunos de esos síntomas emocionales del Trastorno Disfórico Premenstrual (TDPM) son la profunda depresión, tristeza y desesperanza, ansiedad aguda, mal humor explosivo, sensibilidad e irritabilidad extrema, pérdida de interés por las actividades cotidianas, falta de atención y concentración, trastornos agudos de los hábitos alimenticios que pueden degenerar en trastornos de atracones (TA) o en bulimia nerviosa (BN), explosiones de llanto y malestar emocional tan agudo que puede llevar a sufrimiento mental y tendencias suicidas, entre otros.

 

Diagnóstico

Lamentablemente, se tratan de síntomas premenstruales que no tienen pruebas de laboratorio para su diagnóstico, por lo que para que pueda ser diagnosticada la presencia de los mismos, deberán concurrir simultáneamente, al menos 5 síntomas emocionales en la mayoría de los ciclos mensuales, durante un año.

 

Causas

Los estudios sugieren que este trastorno puede deberse a la fluctuación de las hormonas ováricas (estrógeno y progesterona) durante el ciclo menstrual, la producción de la hormona gonadotropina o gonadotrofina, el nivel de los neurotransmisores del cerebro, así como a factores genéticos hereditarios, entre otros.

 

Tratamiento

Dado que las causas pueden ser diversas y no hay una prueba específica que arroje con seguridad la existencia del trastorno, no existe un tratamiento específico para prevenir la aparición de los síntomas, por lo que el tratamiento estará dirigido hacia la toma de medidas de prevención que puedan ayudar a que los síntomas sean menos severos cuando aparezcan.

 

Algunas de esas medidas de prevención son:

- Practicar ejercicio regularmente.

- Ejecutar técnicas de relajación para el manejo del estrés (como la meditación, el yoga, los masajes, etc.).

- Ejecutar técnicas de alimentación consciente para poder llevar una alimentación saludable rica en frutas y verduras (reducción de alimentos muy procesados, cafeína, azúcares refinados para regular la glucosa, así como reducción de sal para evitar la hinchazón y retención de líquidos).

- Apoyarse en terapias psicológicas.

- Aprender técnicas de inteligencia emocional para identificar la aparición del síntoma emocional y poder manejarlo asertivamente.

- En algunos casos, la ingesta de suplementos nutricionales, calcio, vitamina B6, vitamina D, vitamina E, magnesio y L-triptófano, han demostrado mejoras de los síntomas.

- En otros casos y bajo estricta evaluación y prescripción médica, es factible el uso de fármacos como antidepresivos y ansiolíticos, los cuales han demostrado ser capaces de mejorar los síntomas, pues actúan como inhibidores selectivos de recaptación de serotonina (ISRS); así como tratamientos hormonales como las pastillas anticonceptivas, que provocan la supresión de la ovulación.

 

Lo más importante, es en primer lugar, aprender a reconocer y monitorear los síntomas cuando aparecen, y en segundo lugar, tomar consciencia plena de ellos, para poder tomar el control de las emociones de manera oportuna y desde el propio ser, ejecutando las medidas necesarias y conscientes que permitirán manejarlos inteligentemente. Hay que recordar que con voluntad y determinación, todo se puede lograr.

 

 

Fuentes de información:

blog.elartedesabervivir.com

hormone.org

mayoclinic.org

 

14/07/2021

 

 

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