EFECTOS A LARGO PLAZO DEL CONSUMO DE ALCOHOL

joven con dolor en el higado

 

El consumo de alcohol a largo plazo afecta prácticamente a todos los sistemas orgánicos.

 

Sistema nervioso. Se estima que el 30-40% de todos los hombres en la segunda o la tercera década de la vida se han emborrachado como resultado de la ingesta de una gran cantidad de alcohol. En la intoxicación aguda por alcohol, la persona pierde la memoria. Es conocido que el alcohol causa trastornos del sueño, lo que afecta a la calidad global del mismo. Puede haber hormigueos o entumecimientos en los brazos y las piernas. Dos cuadros que pueden presentarse juntos o separados son el síndrome de Wernicke y el de Korsakoff. Ambos se deben a niveles disminuidos de tiamina en los alcohólicos. El síndrome de Wernicke da lugar a alteraciones de los movimientos oculares, un equilibrio alterado y dificultad para caminar; mientras que en el síndrome de Korsakoff afecta gravemente a la memoria.

 

Sistema gastrointestinal. El alcohol causa una debilidad del anillo muscular que evita que el contenido del estómago vuelva hacia el esófago. Como resultado de ello, el ácido del estómago fluye hacia atrás al esófago, produciendo quemaduras en sus tejidos y causando dolor y hemorragias. La inflamación del estómago también puede dar lugar a sangro y dolor, además de pérdida del apetito. Una causa importante de hemorragia grave e incontrolable en un alcohólico es el desarrollo de una dilatación de los vasos sanguíneos del esófago (várices esofágicas). Estas várices se producen claramente como resultado de la enfermedad hepática y tienen una gran facilidad para romperse y sangrar.

 

A lo largo del tracto intestinal, el alcohol interfiere con la absorción de nutrientes, dando lugar a un estado de malnutrición. La diarrea es un síntoma común del consumo crónico de alcohol debido a su efecto sobre el páncreas. Además, la inflamación del páncreas (pancreatitis) es un problema grave y doloroso en los alcohólicos.

 

Hígado. El alcohol se degrada (metaboliza) en el hígado, por lo que este órgano se ve gravemente afectado por niveles constantemente elevados de alcohol. Además, el alcohol interfiere con una serie de importantes procesos químicos que tienen lugar en el hígado. Este empieza a aumentar de tamaño y acumula grasa, situación que se denomina hígado graso. El hígado puede inflamarse, lo que se conoces como hepatitis. La cirrosis es una complicación potencialmente mortal que se desarrolla cuando el tejido cicatricial fibroso interfiere con la estructura y la función   normal del hígado.

 

Sangre. El alcohol puede producir cambios en cualquiera de las células de la sangre. Los glóbulos rojos se agrandan de forma anormal. Los glóbulos blancos (que luchan contra las infecciones) disminuyen en número, lo que da lugar a una debilidad del sistema inmunitario. Esto hace que los alcohólicos tenga un riesgo mayor de contraer infecciones, y se cree que también es responsable en parte del riesgo aumentado de cáncer (diez veces superior al normal). Las plaquetas y los factores de coagulación de la sangre resultan afectados, por lo que aumenta el riesgo de hemorragias.

 

Corazón. Aún pequeñas cantidades de alcohol causan una disminución de la presión sanguínea, pero con el uso creciente, el alcohol empieza a aumentar la presión sanguínea hasta niveles peligrosos. Los valores elevados de grasa en el torrente circulatorio incrementan el riesgo de enfermedad coronaria. El consumo excesivo de alcohol da lugar a un aumento del tamaño del corazón, debilidad del músculo cardíaco, trastornos del ritmo, riesgo de coágulos sanguíneos en las cavidades del corazón y un mayor riesgo de accidente cerebro vascular. Estos trastornos se producen cuando un coágulo sanguíneo del corazón entra en el sistema circulatorio, alcanza el cerebro y bloquea un vaso sanguíneo.

 

Sistema reproductor. El consumo excesivo de alcohol tiene un efecto negativo sobre la fertilidad, tanto en hombres como en mujeres, al disminuir el tamaño de sus testículos y ovarios e interferir con la producción de espermatozoides y óvulos. Cuando una mujer alcohólica da a luz, el niño tiene mayor riesgo de nacer con el denominado síndrome de alcohol fetal, que causa defectos faciales característicos, así como disminución del coeficiente intelectual y problemas de conducta.

 

 

 

PREVENCIÓN

La prevención es sumamente necesaria, y ésta se relaciona principalmente con la educación. En una cultura en la que el alcohol está tan introducido, es de vital importancia educar a las personas sobre los peligros de esta droga desde una edad precoz, incluso en la infancia. El alcohol es la droga más fácil de conseguir y la más barata, y una de las que más utilizan los adolescentes, por lo que las primeras intoxicaciones con alcohol suelen ocurrir durante la adolescencia. Es importantísimo que los adolescentes con un riesgo de alcoholismo estén atentos a este peligro. Los que tienen mayor riesgo son aquellos con una historia familiar de alcoholismo, un consumo precoz o frecuente de alcohol, una tendencia a beber y emborracharse, un consumo de alcohol que interfiere con las tareas escolares, un mal ambiente familiar o una historia de violencia doméstica. Los compañeros suelen ser las personas más adecuadas para ofrecer esta educación. Las escuelas y diversas entidades sociales deben facilitar información por medio de programas sociales sobre el abuso de sustancias tóxicas.

 

11/02/2022

 

 

 

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