CONTROLANDO LA HIPERTENSIÓN ARTERIAL

 

 

En 1896, Scipione Riva-Rocci, pediatra italiano, inventó la bocamanga inflable para medir la presión. Fue entonces cuando se asoció que las personas con presión alta en la sangre tenían un alto riesgo de muerte prematura.

 

La hipertensión es el primer factor de riesgo de la enfermedad al corazón y la parálisis cerebral (apoplejía). La hipertensión constante sobrecarga al corazón, a los vasos sanguíneos y a los riñones; con frecuencia, esto ocurre durante años y muchas veces sin que sea percibida por el paciente.

 

Casi un tercio de personas que padecen de presión alta no están al tanto de su condición precaria. Su carácter clandestino le ha ganado el título de "asesino silencioso", y sigue en aumento.

 

Se sabe mucho acerca de las hormonas que controlan o contribuyen a la elevación de la presión en la sangre, especialmente las que controlan el volumen de sangre regulando la función del riñón. También se sabe que el endotelio de los vasos sanguíneos produce sustancias que afectan la presión de la sangre, algunas dilatándolos y otras contrayéndolos. Además, se sabe que una alta ingesta de sal afecta adversamente a estas hormonas. Una ingesta excesiva de calcio también puede aumentar la presión de la sangre.

 

Hace unos años, el Dr. Lawrence M. Resnick de la Escuela Médica de la Universidad de Cornell y sus colegas, descubrieron un factor unificador: un bajo nivel de magnesio celular estaba asociado con un alto nivel de calcio celular en todas las personas con hipertensión. Esto prueba que los niveles bajos de magnesio y altos niveles de calcio contribuyen a la elevación de la presión sanguínea.

 

El magnesio hace que los vasos sanguíneos se relajen y se dilaten, una condición necesaria para una presión normal de la sangre. El organismo necesita un nivel adecuado de magnesio para conservar en equilibrio a los electrólitos o iones que son importantes para mantener la presión normal de la sangre.

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